Por Olivia Pérez
El Chévere de la Salsa, como popularmente se
le conoce, decidió regresar a su tierra de forma permanente, y de manera muy
discreta vuelve a “colarse” en la dinámica musical nacional.
En 2006 salió de Cuba, pero nunca con la
idea de no regresar. Isaac Delgado, uno de los cantantes más populares de la
Isla, no ha dejado de estar entre los preferidos por sus compatriotas que
tienen muy fresco en la memoria algunas de sus canciones como Necesito una
amiga, un verdadero éxito dentro de la música popular bailable cubana.
A la vuelta del tiempo, quizás la nostalgia
o la necesidad imperiosa de estar entre los suyos, el Chévere de la Salsa, como
popularmente se le conoce, decidió regresar a su tierra de forma permanente, y
de manera muy discreta vuelve a “colarse” en la dinámica musical nacional.
Realmente, dijo a OnCuba, “lo que he hecho
es insertarme poco a poco a trabajar otra vez en Cuba, de donde estuve ausente
8 años. A través de la EGREM y su agencia de representaciones Musicuba estoy
presentándome en diferentes espacios y a la vez mantengo varios compromisos
internacionales”.
Aunque con anterioridad vino a su tierra
varias veces en visita privada, Isaac Delgado volvió a ser noticia cuando subió
a las tablas de la Sala Avellaneda del Teatro Nacional a principios de 2013
invitado por el músico Carlos Varela a cantar en el concierto por sus 30 años
de vida artística. Luego, unos meses después, se le vio junto al trovador
Silvio Rodríguez en una de sus giras por los barrios habaneros.
Isaac residía entre la Florida, Estados
Unidos, y Puerto Rico, donde asegura que nunca dejó de cantar, pero no con la
intensidad que lo hacía en Cuba. “Fue una etapa muy rica, aprendí mucho y
conocí a gente que le aportó a mi vida como artista y como persona, pero ahora
se abre una nueva etapa que está centrada en recuperar la popularidad entre mis
compatriotas, principalmente entre las generaciones que no me escucharon por
estar ausente”.
“Soy cubano al 250 por ciento, no me ha sido
difícil volver a insertarme en la dinámica musical de la Isla porque estoy en
mi medio natural. Muchos me alertan sobre cambios en la música, pero de cierta
manera siempre he estado presente por eso estoy al tanto de lo que pasa
culturalmente en Cuba. Además, aquí está todo lo que soy: mi niñez, mi familia,
mi idiosincrasia, en fin”.
“De una forma u otra mi trabajo está
vinculado a todo lo que soy, un cubano. Y a nivel musical, específicamente, me
tomó mi tiempo empaparme de lo que el bailador pide, pero no para cambiar mi
sistema de trabajo, sino para adecuarme a un público que no me ha visto en
estos años, aunque con lo que he hecho hasta ahora siento que a la gente le
gusta lo que hago, que reciben mi música con la misma sinceridad que se las
doy”.
¿Cuánto
ha evolucionado Isaac Delgado en estos años?
Creo que he ganado muchísimo en cuanto a lo
que quiero seguir haciendo, y además exploro otros campos como la producción
musical, lo cual me brinda una visión más completa de lo que me propongo. He
recibido la ayuda de muchos amigos, músicos, productores, arreglistas, y la
posibilidad de interactuar con ellos me ha aportado bastante.
Ese aprendizaje creo que lo puedo incorporar
a lo que hago y regalárselo a los que me siguen. Todo esto me da más fuerzas
para seguir haciendo, esta es un profesión que uno la ama y puede ser muy
retribuyente, pero hay que dedicarse a ella por completo. Espero que la
generación que no bailó con Isaac Delgado conozca mi trabajo y la acepten.
Los artistas, los que toman en serio su
trabajo, tienen un arraigo por su tierra muy grande y eso es algo que he podido
constatar en mis presentaciones en el extranjero. Cuando estoy fuera de Cuba no
hago más que representar a mi país, a mi pueblo, por lo que considero que nunca
he dejado de estar en mi patria. Ahora tengo muchos planes, he crecido
musicalmente, entre otras cosas, gracias a este tiempo en que he estado fuera.
¿Cuáles
son esos planes?
Bueno, ahora me estoy presentado en
diferentes centros de La Habana, aunque no he tenido la oportunidad todavía de
ofrecer un concierto masivo por diferentes causas, entre ellas la cantidad de
compromisos en el extranjero.
Hace alrededor de un mes tuve la suerte de
presentarme en La Tropical y luego en un homenaje que se le realizó a Juan
Formell en París, un espectáculo increíble con Los Van Van en el que además
estuvo invitado Pedrito Calvo.
Era una presentación planeada antes de la
muerte de Formell y en la cual se esperaba la asistencia de unas 7 mil
personas, pero al final fueron más de 15
mil. La repercusión de ese concierto ha sido impresionante, por suerte todo se
grabó en un DVD que saldrá para el próximo año por el aniversario 45 del Tren
de la Música Cubana.
Poco a poco me estoy colando, como decimos
aquí, creo que las cosas se deben lograr por pasos, los que me siguen me podrán
ver porque quiero cantar para ellos.
Ya tengo una orquesta para mis conciertos,
formada por músicos extraordinarios dirigidos por el maestro Germán Velazco. Ya
tenemos previsto una serie de presentaciones y preparamos todo un repertorio
nuevo del que estamos grabando algunos temas para ir promocionando nuestro
trabajo, y más adelante grabaremos un audiovisual que estará listo para el
último trimestre de año.
Además, estoy involucrado en algunas
producciones de importantes agrupaciones y artistas del país en las que figuro
como invitado aprovechando la oportunidad que ofrecen los llamados featuring,
tan importantes para nosotros los músicos porque podemos incursionar en otras
maneras de hacer, a la vez que enriquece el trabajo de los involucrados.
Siguiendo esa línea, participo en la placa
que prepara La Revé en homenaje a Elio Revé. También en el nuevo que planea
grabar Los Van Van, y otros proyectos artísticos y musicales a los que me han
invitado y que estoy seguro la gente recibirá con mucho agrado, en mi caso
porque desean ver lo que estoy haciendo tras una ausencia tan prolongada.
Fuiste
uno de los protagonistas del Boom de la Salsa en los años 90, ¿crees que en
estos momentos la música popular bailable haya perdido esa posición
privilegiada que disfrutó?
Creo que desde el Boom de la Salsa, la
música popular bailable ha perdido cierto protagonismo. En esto tienen que ver
diversos factores, y por supuesto, la evolución propia del gusto musical de los
diferentes tipos de público. Uno no puede ir en contra del gusto de las
personas, de lo que están consumiendo, de lo que están bailando, y eso hay que seguirlo muy de cerca
cuando de este asunto se trata.
Hay un aspecto puntual que creo se fue un
poco de las manos y es el de la disminución de los lugares de presentación que
antes teníamos, por supuesto este es mi análisis personal, pero esa situación
ha llevado a que las orquestas se concentren en puntos muy específicos y se
alejen de los espacios concurridos por los de menor poder adquisitivo.
En esos lugares que de cierta forma quedan
olvidados comienzan a llegar otros tipos de música que la gente toma como suya.
Ahora se estila comparar la música urbana con la popular bailable, aunque creo
que las dos son populares, y creo que a la larga será lo mejor de ella lo que
quedará, como también pasa con lo que hacen las orquestas.
La ventaja está en que las raíces de Los Van
Van, La Revé y otras agrupaciones son más profundas, lo que hacemos sale del
son, el nengón, el changüí, la rumba, y entonces eso ha creado una cultura muy
profunda que hace que sea la preferida para el público, aunque pase el tiempo.
No dejo de reconocer que debemos convivir
con las corrientes musicales de moda que hay en el país y las que vienen de
otras partes del orbe, esa diversidad también puede ser aprovechada para hacer
cosas muy buenas sin renunciar a lo nuestro, a lo que nos identifica.
Ahí tenemos el caso de los muchachos de Qva
Libre, que proponen una puesta en escena diferente, mezclada con elementos
ajenos a los nuestros, pero que por base tienen la música cubana de siempre.
El doble sentido, los dicharachos, los
coros, son la base de gran parte de nuestro trabajo y creo que para dárselos a
los bailadores deben ser trabajados con buenas letras. Tenemos que llegar a
todos los lugares donde la gente nos quiera escuchar y bailar, esa es la vía
principal para lograr el protagonismo necesario.
Tomado del
sitio digital OnCuba
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