miércoles, 19 de diciembre de 2012

Un libro necesario de mi amigo disidente


por Miguel Fernández Martínez

Hace muchos días no escribo un post, tal cual reclaman los nuevos “teóricos” de las redes sociales, pero con independencia del poco tiempo, haré un minuto para celebrar con los habituales de la Internet, un libro que tuvo su lanzamiento en la tarde de este martes 18.
Sospechas y disidencias, una mirada cubana en la red, es el nuevo libro que mi amigo y colega Iroel Sánchez Espinosa presentó ante un nutrido y selecto auditorio, reunido en la Casa de la Amistad, el otrora palacete de los ricachones de la familia Baró y que desde hace mucho es patrimonio social del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.
Nervioso, emocionado por los aplausos y la acogida, Iroel hizo un aparte con un grupo de periodistas que cubrieron el lanzamiento, y nos dijo que parte de la tesis fundamental del libro es que “los que estamos bajo sospecha, somos obviamente los disidentes de este mundo y los documentos y todo lo que hay en ese libro, son argumentos para demostrar eso”.
Y me sentí feliz y reconocido en sus palabras. Eso somos, sin lugar a dudas. Disidentes de un modelo diseñado para estrangular al mundo de hambre, disidentes de una sociedad asfixiada por el consumismo más egoísta. Disidentes de un proyecto voraz que no cree en la salvación de la especie humana.
Sospechas y disidencias, una mirada cubana en la red, es un muestrario de esa bitácora social que inunda la Internet y que todos conocemos como La pupila insomne, que al decir de Rosa Miriam Elizalde, “es un objeto tangible, un diario de marca personal que no renuncia a comunicar y hacerse entender, que no disfraza su intencionalidad polìtica y cuyo compromiso no es un desideratum presente en solemnes declaraciones, sino una construcción en la que se involucra quien escribe y quien lee, que dialoga y que habla tanto como escucha, apoyado más que en una plataforma tecnológica, en una fe revolucionaria”.
Cuando salí y enrumbé mis pasos a mi oficina, donde esperaban cables y noticias por redactar, me detuve para leer la dedicatoria que gentilmente Iroel había dejado en la primera página de su libro que me acompañaba de regreso.
No repetiré lo que mi amigo escribió, pero aseguro que atesoraré este libro como una verdadera joya, no solo por la fuerza ideológica que encierran sus páginas, sino por las breves pero simbólicas notas que su autor me autografió.
La pupila insomne también es una trinchera, una enorme muralla de ideas que salta los límites que rasga el mar y donde todos nos sentimos protegidos, donde quiera que estemos. Una seguridad que, más que resguardar, nos permite seguir defendiéndonos del odio y ser eternos luchadores –como dijo el maestro Daniel Chavarria, el cubano que nació en Uruguay- por la verdadera libertad que es la justicia social.
No dudo tampoco que más de una mano en lo oscuro confortó a Iroel en esta cruzada cibernética. Ahí está la red llena de espacios, blog de todos los tipos en marcha común con la Revolución cubana.
Por eso sintió más de un paso en marcha permanente, gigantesco paso que derrumba mentiras y abre camino a la esperanza, en ese trayecto que ya está iluminado por los muertos que nos hacen vivir orgullosos de lo que somos.
No dejen de leerse el libro que escribió mi amigo, el disidente Iroel Sánchez. Lo disfrutarán hasta la última página…… ¡Lo sabré yo, que soy disidente hace tantos años!

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