Alan
Gross, el “contratista” estadounidense condenado a 15 años de prisión en Cuba
por introducir en la Isla,
de manera ilegal, equipos de comunicación por satélite de uso militar, ha
demandado este viernes al Gobierno de Estados Unidos y a la empresa que le
contrató en la que reclama una indemnización de 60 millones de dólares (47,1
millones de euros) por no advertirle de los riesgos que conllevaba su trabajo y
que le ha privado de libertad desde diciembre de 2009.
En la demanda interpuesta ante el tribunal del Distrito de
Washington, Gross y su esposa, Judy Gross, alegan que la empresa que le
contrató, Development Alternatives Inc (DAI), con sede en Maryland, y el
Gobierno estadounidense “no revelaron a Gross de forma adecuada, tanto antes
como después de que comenzó a viajar a Cuba, los riesgos materiales que
enfrentaba debido a su participación en el proyecto”.
Gross sostiene en la demanda que la DAI y el Gobierno “no tomaron
medidas adecuadas” para prepararle y protegerle durante sus viajes a Cuba y que
“ignoraron las reiteradas preocupaciones de seguridad de Gross para que así la DAI pudiera seguir generando
ingresos significativos y el Gobierno pudiera seguir usando a Gross como un
peón en sus iniciativas generales de políticas hacia Cuba”.
Desde el Departamento de Justicia estadounidense, el
portavoz Charles Miller se ha limitado a responder que “el caso está siendo
revisado”. (Con información de Agencias)
Tomado del sitio digital La Pupila Insomne
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