Por Miguel Fernández
Martínez
Para el profesor Arshak Poladian, embajador
de Armenia en Siria, no reconocer públicamente el genocidio cometido en 1915
por el Imperio Otomano, que costó la vida a más de un millón y medio de sus
compatriotas, es también un crimen.
Damasco fue escenario para conversar con el
doctor Poladian, un veterano diplomático armenio, reconocido historiador y
experto en temas del Medio Oriente, en ocasión de conmemorarse el centenario de
lo que muchos califican hoy como el primer gran genocidio del siglo XX, y uno
de los más atroces que conozca la especie humana.
El 24 de abril de 1915, los soldados turcos
iniciaron una masacre contra el pueblo armenio que duró hasta 1923,
obligándolos a abandonar sus tierras y poner ruta hacia los desiertos sirios
del sur, dejando una estela de horror y muerte que a 100 años de distancia,
sigue reclamando justicia.
“La ciudad siria de Alepo fue la zona
principal para acoger a los desplazados armenios y desde allí se distribuían a
las mujeres, niños y ancianos hacía otras regiones, a algunos los llevaron al
desierto de Deir Ezzor, otros a Daraa, y también a las provincias de Homs y
Hama”, explica Poladian.
“Según las cifras oficiales –agregó el
historiador-, en territorio sirio murieron casi medio millón de armenios. En la
provincia de Hasaka hay una ciudad que se llama Markada, muy cerca de Deir
Ezzor, donde existe una gran fosa común, que hoy se considera un sitio
sagrado”.
¿POR QUÉ EL GENOCIDIO CONTRA
LOS ARMENIOS?
El genocidio fue cometido por los ocupantes
otomanos -explica el profesor Poladian-, que invadieron a Armenia, como a otros
países árabes a principios del siglo XVI, después que impusieron guerras
sangrientas que les permitió ocupar parte de la región del Oriente Medio.
Según el diplomático, hay una larga historia
de odio y discriminación de los turcos contra los armenios que data desde la
ocupación, lo que llevó a adoptar políticas de “turquización”, provocando un
cambio demográfico en Armenia, cuyos pueblos fueron poblados por turcos, kurdos
y personas de otras nacionalidades.
Explicó que los armenios siempre fueron un
obstáculo para el Imperio Otomano en su plan
de expansión hacia el Cáucaso y el
Mar Caspio, y desde
el autor entrevista al doctor Arshak Poladian |
la década de los 90 del
siglo XIX, en tiempos del sultán Abdul Hamin II, fueron asesinados cerca de 300
mil de ellos, como parte de un plan sistemático de exterminio.
Poladian insistió que es un grave error
darle matices religiosos a las masacres cometidas por los otomanos contra los
armenios, quienes pretenden simplificar los hechos a un conflicto entre
musulmanes y cristianos.
“Fue un crimen político por excelencia, los
turcos se aprovecharon de la religión islámica politizando el Islam, muchas
veces bajo lemas y consignas religiosas, para justificar sus crímenes
expansionistas”, recalcó.
CRONOLOGIA DE UNA MASACRE
El doctor Polodian afirmó que el momento escogido
por los turcos para cometer esta gran masacre fue durante la Primera Guerra Mundial,
mientras las grandes potencias estaban involucradas en la conflagración bélica.
Entre enero y febrero de 1915, después de
las derrotas turcas en el Cáucaso y Egipto, y con el avance de los ejércitos
rusos contra los otomanos, se cristalizó la idea del genocidio de los armenios,
que se justificaría bajo la excusa de deportarlos hacia zonas seguras.
El 24 de abril de 1915 –explica-, las
autoridades otomanas arrestaron a la élite cultural armenia, entre ellos
importantes intelectuales, políticos, incluso varios parlamentarios, medida que
buscaba descabezar cualquier probable reorganización social.
El pueblo armenio quedó desprotegido, sin
líderes, sin pensadores. En su mayoría mujeres, ancianos y niños, mientras los
turcos armaron bandas criminales para perpetrar el genocidio, que en las
primeras horas dejó un saldo de 700 mil personas masacradas.
Los desplazados a la fuerza tuvieron que
caminar alrededor de mil kilómetros, descalzos, sin comida. Muchos murieron de
hambre, sed, y los soldados otomanos nunca intervinieron para salvarlos.
Mucha gente murió, principalmente en las
zonas desérticas a causa de la falta de agua y alimentos, pero otros perdieron
la vida martirizados por sus verdugos, que no escatimaron estilos para consumar
la barbarie.
Cuenta el doctor Poladian que en más de una
ocasión, la soldadesca otomana encerraba a miles de armenios en cuevas, y luego
quemaban hierbas y ramas para ahogarlos con el humo.
También existen evidencias, según el
historiador armenio, que los turcos contrataban carniceros que decapitaban a
los prisioneros y reunían a los niños pequeños para ahogarlos con humo dentro
de las cuevas, o en el agua, o lanzándolos desde las montañas.
“Fue algo brutal. Un crimen horrendo que los
humanos hoy no lo imaginan”, subrayó el profesor Poladian.
SILENCIO
“El genocidio cometido contra los armenios
en 1915 es la causa esencial de lucha para nuestra gente, vivan dentro o fuera
de nuestro país, porque fue una catástrofe humanitaria a principios del siglo
XX, contra un pueblo que vivía de la tierra y en su Patria”, comenta el
investigador.
Para Poladian, no reconocer el asesinato
masivo de seres humanos, es también un crimen, y ahora las autoridades turcas
falsifican los documentos históricos, afirmando que el genocidio fue a
consecuencia de la guerra civil en Turquía y que también murieron cerca de 300
mil turcos.
“Regularmente el criminal no reconoce su
crimen y ahí está el gran problema. En caso que ellos reconocieran el genocidio
que cometieron, llevaría implícito indemnizaciones financieras y demográficas,
porque la mayoría del territorio original armenio está ahora bajo control de
Turquía y ellos no van a admitir esto”, enfatizó.
“Para reconocerlo –agrega- se necesitará
alguien que sea políticamente sincero, como lo hicieron los alemanes cuando
reconocieron el Holocausto, con la única diferencia que los judíos fueron
masacrados en Europa y los armenios fueron masacrados en Turquía”.
Desde hace algunos años, varios países han
reconocido este crimen. Más de 20 estados lo condenaron, entre ellos Rusia,
Francia, Italia, y otros países, así como decenas de parlamentos y
organizaciones internacionales.
“Somos optimistas que las autoridades turcas
van a reconsiderar y releerán su historia desde otra perspectiva, y la
comunidad internacional algún día va a condenar este crimen”, subrayó.
“Si este crimen se hubiera condenado en
aquel entonces –acotó-, quizás no se lamentarían otros genocidios posteriores”.
“Los
otomanos perjudicaron la historia y la civilización de los armenios –dice- y
durante 100 años los regímenes turcos hasta ahora niegan este crimen y siguen
reivindicando la política de rechazar y no reconocer este genocidio”.
FANATISMO, EXTREMISMO Y POLITIZACION
RELIGIOSA
El profesor Poladian afirma que los otomanos
politizaron el Islam, y donde primero se aplicó el Islam político fue en
Turquía, y bajo falsas consignas y lemas religiosos, los armenios fueron
privados de su patria, expulsados de su país.
“Nosotros como pueblo armenio, apreciamos
siempre el tratamiento humano que nos ofrecieron las tribus sirias, en su
mayoría musulmanas y quiero reafirmar que el genocidio armenio no fue
religioso, los otomanos mataban, asesinaban, y masacraban, pero el musulmán
árabe no lo hacía, al contrario”.
Estas formas de manipulación religiosa para
conseguir objetivos políticos se aprecian hoy, en los procedimientos de las
bandas terroristas que operan en territorio de Siria, Iraq, Libia, Nigeria y
otros países de la región.
El doctor Poladian no cree que sean
coincidencias, pues los métodos empleados para imponer el terror son similares.
“Hay una similitud grande con lo que sucede
hoy en Siria, en los enfoques, en los métodos de asesinar. La brutalidad es la
misma que se cometió contra los armenios, bajo lemas religiosos, consignas
religiosas, pero el Islam no tiene nada que ver con lo que hace esta gente, lo
están usando como cobertura para cometer los crímenes”, afirmó.
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