viernes, 2 de noviembre de 2012

Las minorías étnicas en el foco de las elecciones estadounidenses



Por Miguel Fernández Martínez *

   Cuando apenas restan pocos días para que las campañas políticas por ganar la presidencia en Estados Unidos lleguen a su fin, republicanos y demócratas prosiguen sus miradas hacia las minorías étnicas con derecho al voto.
   Demócratas y republicanos, las dos agrupaciones partidistas con opciones reales de llegar a la Casa Blanca, saben perfectamente que entre los afroamericanos, latinos y otros grupos étnicos asentados en la nación puede estar el elemento necesario para inclinar la balanza durante el conteo de las boletas.
   Lleva la peor parte en esta lid el candidato republicano Mitt Romney, quien no es bien mirado por las minorías a partir de sus desacertadas expresiones, en momentos marcadas por cierto perfil racista, pero sobre todo por las políticas sugeridas, las cuales recortarían ostensiblemente las ayudas financieras a los programas sociales de los que dependen muchos de estos grupos sociales.
   El exgobernador de Massachussetts sigue haciendo esfuerzos por mejorar su imagen ante afroamericanos y latinos, los grupos de mayor incidencia en las elecciones estadounidenses, después de la población blanca de origen anglosajón.
   Con los latinos, Romney prueba constantemente mover sensibilidades a través de su hijo Craig, quien se convirtió en el portavoz de la campaña republicana hacia los electores de origen hispano, a partir de su dominio del idioma español.

   Aún así, sigue sin convencer a esta importante comunidad, cuyo crecimiento en los últimos años la convierte en estratégica, sobre todo en los llamados estados clave donde todavía impera la indecisión de muchos votantes.
   Melissa Salas Blair, activista republicana latina de Texas y presidenta de Puentes Research and Communications en Houston, reconoció recientemente que en varias oportunidades Romney utiliza a su hijo Craig para dirigirse a los latinos, cuando es él quien debe hablar directamente a las comunidades, aunque fuera en inglés, pero con enfoque hispano, como hace el presidente Barack Obama.
   De desacertada calificaron muchos activistas republicanos la participación del candidato rojo en la Conferencia Anual del Concilio Nacional de la Raza, hacia donde envió un video genérico de campaña y no uno dedicado a los latinos, lo cual le valió que fuera recibida por los presentes en total silencio y con murmullos reprobatorios.
   Los republicanos también recibieron fuertes críticas por concentrar los esfuerzos propagandísticos dirigidos a los hispanos con referencias amenazantes a Cuba y Venezuela, algo que consideran como pifia, en tanto solo resultará efectiva en Florida, pero no en otros estados como Ohio o New México, según la opinión del consultor republicano David Johnson.
   Por su parte, los demócratas aún mantienen las preferencias de las minorías en índices bastante parejos con las elecciones presidenciales de 2008, que llevó a la presidencia a Obama con el apoyo mayoritario de los afroamericanos y más de un 70 por ciento de latinos.
   Uno de los temas más discutidos y que movilizó la atención de los diferentes grupos étnicos en Estados Unidos fue el plan de asistencia social sanitaria sugerido por los "azules", bautizado por los republicanos despectivamente como Obamacare.
   Según los estrategas de la campaña de Romney, el plan de salud social propuesto por el candidato demócrata a la reelección debilitará el ya existente Medicare, del que actualmente se benefician principalmente personas blancas de bajos ingresos, a quienes supuestamente se les afectarían más de 700 millones de dólares en ayudas para reinvertir en asistencia generalizada para negros y latinos.
   A pesar de los ataques, los republicanos insisten en convencer a estos sectores de la población estadounidense que se mantienen leales al voto demócrata, junto a las mujeres jóvenes y solteras de todas las razas.
   Según Pew Research, el 89 por ciento de los votantes que se identifican como republicanos son blancos, por lo cual tienen muy pocas opciones de ganar terreno entre negros e hispanos, quienes persisten en apoyar a Obama.
   De ahí que el equipo de campaña de Romney no tiene más opción que la de adoptar una estrategia que impulse la participación de los blancos en las urnas.
   El voto afroamericano es otro de los renglones más sensibles en la recta final de esta campaña presidencial, más cuando tiene como antecedente haber respaldado a los demócratas con un 95 por ciento en 2008, y donde tampoco los republicanos han tenido avances.
   Durante la reciente conferencia anual de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), celebrada en Houston, Texas, Mitt Romney fue abucheado por los participantes cuando se comprometió eliminar "todos los programas caros y no imprescindibles que pueda encontrar, incluido Obamacare".
   Para los demócratas no todo está seguro, pues según una reciente encuesta, los prejuicios hacia los afroamericanos aumentaron en los últimos años, algo que pondrá en peligro la intención de votos a favor del presidente Obama, el primer mandatario negro en la historia de Estados Unidos.
   Según Jon Krosnick, profesor de la Universidad de Stanford, por más que se esperó que el impacto de la raza disminuiría con el paso del tiempo, parece que el impacto del sentimiento antinegro al votar es casi el mismo de hace cuatro años.
   La encuesta, realizada por investigadores de Asociated Press, las universidades de Stanford y Michigan, y el Centro Nacional de Opinión Pública (NORC), de la Universidad de Chicago, reveló que el 51 por ciento de los estadounidenses expresa ahora actitudes contra los negros, frente a un 48 en 2008.
   También se midieron índices de actitudes raciales implícitas, donde resultó que la cantidad de estadounidenses con sentimientos antinegros aumentó al 56 por ciento, superior al 49 durante las pasadas elecciones presidenciales.
   Otro dato interesante resultó que el 57 por ciento de los blancos no hispanos estadounidenses manifestaron actitudes contra los latinos.
   La encuesta realizada en septiembre último encontró que en virtud del prejuicio racial, Obama podría perder cinco puntos porcentuales de apoyo en el voto popular en las elecciones del 6 de noviembre frente al candidato republicano Romney.
   Las minorías étnicas con derecho al voto enfrentarán las urnas entre amenazas de recortes de los republicanos y promesas incumplidas por los demócratas, lo que hace difícil predecir hacia dónde inclinar su voto, el cual sin lugar a dudas tendrá un valor importante en los resultados finales.

*Periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.

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