Santiago "Changa" Mederos |
En estos tiempos en que nombres como
Cristiano Ronaldo y Lionel Messi ocupan los principales espacios de la prensa
cubana, en las esquinas los jóvenes se desgastan en discusiones acerca de cuál
es el futbolista más rico del mundo, o los vendedores ambulantes hacen el pan
vendiendo camisetas del Real Madrid o del Barcelona como prendas domingueras,
muchos se van olvidando “voluntariamente” de nuestra glorias deportivas de
siempre.
En una revisión al vuelo del entrañable
Google, solo encontré dos sitios digitales –Radio Rebelde y Radio COCO-, que
recordaron el aniversario 34 del trágico fallecimiento de Santiago “Changa”
Mederos, uno de los lanzadores zurdos más recordados del béisbol nacional, uno
de los más grande peloteros cubanos de todos los tiempos, que vistió con
orgullo la camiseta de Industriales.
Con un impresionante récord de 17 temporadas
invictas, así como el que más bateadores retiró por la vía de los strikes, con 208,
y ponchar a 20 jugadores en un juego frente a Camagüey, Changa Mederos inauguró
el club de los 100 ponches en Cuba.
Nacido en la barriada de Arroyo Apolo en La Habana, le gustó la pelota desde muy pequeño; al principio la jugó a las "cuatro esquinas" y pronto lo hizo "al duro" en equipos
Nacido en la barriada de Arroyo Apolo en La Habana, le gustó la pelota desde muy pequeño; al principio la jugó a las "cuatro esquinas" y pronto lo hizo "al duro" en equipos
formados
por muchachos del barrio, llegando a destacarse de tal forma que en 1958, con
sólo 13 años, integró como jardinero central el equipo Cubanitos (cantera
infantil de los Cubans Sugar Kings) que viajó a Nicaragua para una
confrontación internacional.
Aconsejado por el padre, que era su más fiel
seguidor, y con el asesoramiento del veterano receptor profesional Gilberto
"Chino" Valdivia, "Changa" se dedicó al box y en 1964 ya
participaba en la I Serie Nacional de Béisbol.
La pelota cubana perdía un posible buen
jardinero, pues al muchacho le gustaba batear y lo hacía bien, pero a cambio
ganó un tirador que haría historia con los equipos de la capital y de la
selección nacional, cuya franela vistió en cinco Campeonatos del Mundo, dos
Juegos Panamericanos y dos Juegos Centroamericanos y del Caribe, así como en
otros eventos internacionales por invitación.
Calidad, caballerosidad y amor sin límites a
la causa de Industriales, La Habana y Occidentales, y sobre todo a la selección
nacional marcaron la carrera del astro habanero, usando el número 32 en el
uniforme.
Bateaba y fildeaba bien, pero los que más le
gustaba era pitchear, labor en la que desarrolló una de las mejores curvas
hacia abajo del Béisbol cubano y una velocidad que oscilaba las 90 millas.
En la madrugada del 14 de diciembre de 1979,
en la intersección de Carretera del Lucero y la Calzada de Managua, en La
Habana, Changa Mederos sufre un trágico accidente, del cual no se pudo
recuperar muriendo el 15 de diciembre de 1979, con solo 34 años.
Con la prematura desaparición física, la
pelota revolucionaria perdió al mejor lanzador zurdo que había pasado por las
series nacionales hasta ese momento.
Entre los lanzadores zurdos fue el que más
victorias alcanzó en una temporada, 17, y el que más bateadores retiró por la
vía de los Strikes, 208.
Ambas cifras fueron registradas en la
campaña de 1968-1969.En esa propia cita, se convirtió en el primer monticulista
en ponchar a 20 jugadores en un desafío, hazaña que rubricó frente al equipo de
Camagüey, el 30 de enero de 1969.
En 1968, había ganado ocho partidos por la
vía de la lechada, guarismo que le permite compartir la primacía para un
certamen con el villaclareño Carlos Gálvez y el santiaguero Norge Luis Vera.
Además, este serpentinero capitalino de gran
curva fue el primer zurdo que acumuló cien triunfos e inauguró el club de los
mil ponches en los campeonatos nacionales. Este último hecho se concretó el 8
de marzo de 1975, tras dejar con el madero en el hombro a Walfrido Ruiz, en el
Estadio Latinoamericano.
Tres décadas después del fallecimiento,
Changa Mederos ocupa la quinta plaza histórica en lechadas propinadas 41, el
sexto peldaño en promedio de carreras limpias 1,97 y el décimo en promedio de
ganados y perdidos 647, debido a las 123 sonrisas que esbozó ante 67 fracasos.
El expediente internacional de Changa se
incluyen cinco campeonatos mundiales, dos Juegos Centroamericanos y del Caribe
y los Panamericanos en Ciudad de México en 1975.
Todavía se comentan los 21 ponches que le
recetó a los mexicanos en los Centrocaribes de 1970 y el liderato en promedio
de efectividad 0,00 en la justa del orbe de 1971, cuando fue escogido como el
zurdo del Todos Estrellas.
El zurdo capitalino fue el primer lanzador
en arribar a 1000 ponches en Series Nacionales, se puede decir que frente a las
123 victorias sufrió 67 reveses, ponchó a 1 420 adversarios de los 6 604
bateadores enfrentados oficialmente; dejó envidiable promedio de 1,97 carreras
limpias por juego de nueve entradas.
Ponchó a 21 Mexicanos en los XI Juegos
Centroamericanos y del Caribe
Otra de las grandes demostraciones de Changa
tuvo lugar en los XI Centroamericanos con sede en Panamá. 1970 al ponchar a 21
mexicanos, marca vigente aún. Eran días en los cuales se hallaba en gran forma,
al extremo de que un año antes, en casa, le recetó 20 ponches a Camagüey,
propinando en total 208 en toda la contienda para establecer un record que duró
32 años.
Fue por entonces que, de visita en el
Estadio Latinoamericano, Whitey Ford, un estelarísimo pitcher zurdo de los
Yankees de Nueva York, declaró que Changa lo tenía todo para triunfar en lo que
los americanos llaman el Big Show, y hacía alusión Ford al parecido del cubano
con el pequeño Bobby Shanz, también zurdo, un consistente abridor que los
Yankees obtuvieron del Filadelfia para utilizarlo como relevista en los
momentos difíciles.
En los
Juegos Centromericanos los buscadores de talento le ofrecieron a Changa $170
mil para lanzar en Grandes Ligas, el cual rechazó. Recibió muchas ofertas, pero
se mantuvo firme como buen cubano, nunca traicionó los principios de la
Revolución.
Debuta en la III Serie Nacional de Béisbol
en 1964, temporada en la que exhibe credenciales como lanzador vistiendo las
franelas del conjunto Occidentales junto a destacadas figuras de la época como
el inicialista Pedro Chávez, el camarero Félix Isasi, el jardinero Rigoberto
Rosique y los también serpentineros Isidro Borrego y Maximiliano Reyes, entre otros.
En los 16 torneos internacionales en los
cuales tomó parte (5 Campeonatos Mundiales, 2 justas panamericanas e igual
cantidad de Centroamericanos y otros topes y series del Caribe) triunfó en 28
partidos y sólo cayó en 6; le anotaron 23 carreras limpias, estrucó a 165
rivales y regaló 61 boletos, para un excelente promedio de 1.39. Brilló en los
XI Juegos regionales de Panamá – 1970, en especial en el choque ante los
mexicanos, equipo al que sacó 21 outs por la vía de los strikes.
Llegar hasta donde llegó, le costó mucho,
tuvo que trabajar incansablemente para vencer el descontrol inicial y de él se
decía, al igual que se dijo del inmenso Conrado Marrero, el Guajiro de
Laberinto, que si pasaban del tercer inning ya no tendrían problemas, por ser este
primer tercio del partido donde mayores dificultades solían afrontar con el
control.
Una vez que entraban en caja, era muy
difícil meterlos en aprietos. El ejemplo de Changa, y los resultados, deben
servir de acicate a la gran cantidad de lanzadores que pueden tirar por arriba
de 90 millas pero no han aprendido a tirar strikes, y mucho menos a poner la
bola donde de verdad le duele al bateador.
Fue un excelente compañero, respetuoso y
amable para con todos, dentro y fuera del terreno, lo que un colega llamó con
acierto "un caballero" en toda la línea. Cuidaba con esmero la
apariencia personal y antes de salir al terreno lustraba los spikes, de manera
que no desentonaran con el impecable uniforme, siempre limpio, siempre bien
cuidado.
En los días de mayor esplendor, cuando
resultaba virtualmente imposible pegarle a la endemoniada curva, desechó
jugosas ofertas del profesionalismo porque, amante de su familia y de su
patria, prestó oídos sordos a ofertas tentadoras para otros. Hoy, el terreno
número Uno de la Ciudad Deportiva, se honra al llevar su nombre: Santiago
Changa Mederos.
Hoy este virtuoso de la lomita, quien fue
elegido entre los 100 mejores atletas del Siglo XX vive en el corazón de todos
los cubanos amantes del béisbol. La diminuta figura y grandeza deportiva de
Changa se multiplican en la pléyade de jóvenes que desean ser como él: pequeños
gigantes del box.
Numeritos
de Interés
En 15
campañas obtuvo los siguientes resultados:
Ofensiva: En 438 veces al bate conectó 72
hits, 7 dobles, ningún triple, 3 jonrones, anotó 33 carreras, para un average
de 164, robó una base, fue cogido en una oportunidad, impulsó 34 carreras,
recibió 66 bases y se ponchó 51 veces.
Defensiva: Participó en 254 juegos, en
1628,2 entradas, sacó 36 outs, realizó 360 asistencias, cometió 23 errores,
para un average de 945.
Pitcheo: Juegos lanzados 253, iniciados 220,
completos 106, relevados 33, ganados 123, perdidos 67, dio 41 lechadas, salvó 6
partidos, tiró 1628,2 entradas, enfrentó a 5822 bateadores, le conectaron 1149
hits, para un promedio de 197.
Ponchó a 1420 hombres, regaló 633 bases por
bolas, de ellas 32 intencionales. Le dieron 149 dobles, 31 triples y 44
jonrones. Cometió 4 balks, 55 wild pitching y propinó 41 pelotazos.
Liderazgos
en Series Selectivas
Fue líder en varias Series Selectivas, entre
ellas se encuentran:
Serie de los 10 Millones en 1970. 9 juegos
completos con el Habana, empatado con Roberto Valdés, de Orientales y Alfredo
García, de Matanzas. Lechadas: 7.
I Serie
en 1975, con el Habana. 10 juegos completos y 119,2 entradas lanzadas.
IV
Selectiva 1978, con el Habana, 7 y 2.
Liderazgos
en Series Nacionales
Líder en juegos iniciados: VIII Serie (1969,
Habana), con 25; completos (IX-1970, Industriales),13; ganados (VIII-1969,
Habana), 17; lechadas propinadas (VII-1968, Industriales), 8, y (VIII-1969,
Habana), 6; entradas lanzadas )IX-1970, Industriales), 136,2, y (XIV-1975,
Agricultores), 91,2; ponches (VIII-1969, Habana), 208; (IX-1970, Industriales),
143, y (XIV-1975, Agricultores), 92.
Verdugo
de Azucareros
Coincidió el despunte de Changa Mederos con
la consolidación de Azucareros, equipo que entre 1968 y 1972 se adjudicó tres
títulos y dos terceros lugares en la pelota cubana.
Frente a este aguerrido plantel que
representaba a la antigua provincia de Las Villas, el estelar lanzador del
llamado brazo equivocado se lució de forma muy especial, pues los venció en 14
oportunidades, mientras cayó solamente en tres ocasiones.
Incluso, Changa llegó a eslabonar una cadena
de nueve éxitos consecutivos a costa de los dulcísimos, antes de perder, 1-5
frente al relevista [[Andrés Leyva], conocido como el Curro el 23 de marzo de
1971.
Modelo
de pelotero
Más allá de la rivalidad existente en el
terreno entre Azucareros e Industriales, uno de los baluartes de aquel conjunto
que defendía los colores del centro del país, Rolando Macías, conserva gratos
recuerdos del desaparecido astro del montículo:
La primera vez que hice el equipo Cuba fue
al mundial de República Dominicana, en 1969. Allí tuve la oportunidad de
compartir el cuarto con él, Laffita, Huelga y Curro Pérez.
Después, en el mundial que se celebró aquí
en Cuba, en 1971, volvimos a ser compañeros de cuarto. Recuerdo que cada vez
que íbamos a salir al terreno llamaba por teléfono a su señora.
Vestía el uniforme de forma impecable. Sus
spikes siempre estaban limpios. También en eso fue un modelo, concluye Macías.
Se
cuenta que Changa Mederos no salía a jugar sin estar perfumado, y que jamás
protestó un conteo aunque lo desfavoreciera.
Otro grande la pelota cubana, Antonio Muñoz
contaba que Changa asistía a los juegos con betún, tinta para los zapatos,
botones, agujas, hilo… porque era un caballero impecable, y hay quien dije que
según su viuda, la cantante Xiomara Valdés (ex integrante de Las D Aida). antes
de iniciar el juego siempre la llamaba y le pedía que rezara por la victoria. A
su modo de ver no era supersticioso. Simplemente que le gustaba ganar.
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