Un texto de Vincenzo
Basile
Sé que se me dirá que la
llamada periodista independiente es en realidad una bloguera y por lo tanto no
está vinculada a las reglas éticas ni a cualquier otro código de conducta que
guía la labor de muchos periodistas excelentes, tanto en Cuba como en otros
países.
Sé que ser bloguero es
diferente que ser periodista. Sé que cada quien puede publicar en su propia
página personal o blog lo que quiere, como quiere y cuando quiere.
Pero creo que si se
llega a tener un blog conocido como uno de los más visitados en el mundo y una
cuenta twitter que puede contar con más de 80 mil seguidores (a veces
invisibles), creo que el respeto de las más básicas reglas de información es
algo imprescindible. Mi blog, al momento, cuenta con solo 18
seguidores pero, a pesar de eso, cada vez que escribo algo intento ser lo más
meticuloso posible. Para mi sería un
gesto de imadurez y de escasa cultura esconderme tras la máscara del bloguero y
no respetar ni una regla ética, moral o jurídica.
La “periodista” más
influyente de los últimos años parece no darse cuenta de la existencia de un
principio fundamental que se llama veracidad, es decir respeto a la
verdad. Ella
escribe sus proprias opiniones (a veces quizás de otros) haciéndolas pasar como
hecho incuestionable. Habla de sociedad civil, de política, se ha inventado una
especie de documental, Razones ciudadanas, que debería ser una respuesta a
las Razones de Cuba, un documental que la desenmascara y la marca por lo
que es verdaderamente.
En esta frénetica
actividad que ella (o sus patrocinadores) define como periodismo, ni una sola
vez ha citado una fuente, ni una sola vez ha hecho una actividad de periodismo,
ni una sola vez ha llevado pruebas para verificar sus teorías. Incluso
cuando fue “secuestrada en una tarde cargada de golpes, gritos e insultos”
no ha mostrado las fotografías – que pretende tener - que pudieran enseñar las
“atrocidades de este régimen”. Al investigador francés, Salim Lemrani,
quienentrevistándola le preguntó por qué razón no hubiese publicado las fotos,
dijo: “Es mi elección [...]Lo cierto es que la existencia o no de marcas
físicas no es la evidencia del hecho”
Eso no es periodismo. Eso no es pertenecer a la
blogosfera. Eso no es amor a la verdad. Esto es disfrutar de una posición de privilegio presentando imágenes y
retratos de una Cuba que en realidad no existe.
Eso va en particular a
los que nunca han estado en Cuba: más allá del ridículo Generación Y (la
generación de los que han sufrido por jugar con muñequitos rusos y quizas por
la falta de CocaCola) hay una Cuba que casi no sabe quién es ella (y no se
trata de censura, simplemente a nadie le importa lo que ella dice).
Más allá de Yoani (y Yanisleidi, Yoandri, Yusimí,
Yuniesky y todas las chicas que sufrieron por la falta de un chewing gum) hay
una Cuba formada por unos 12 millones de cubanos valientes que viven aguantando
y resistiendo con honor y dignidad.
Puede ser que la señora Sánchez haya saltado una lección
de periodismo o de ética, entre otras cosas. Pero de sus numerosas
intervenciones en las varias redes sociales sale a la luz otra evidencia
fundalmental, la señora Sáncez ha saltado una lección esenciall, la señora no
ha ido a clase de cubanía y de realidad cubana.
Pues, yo sí he estado en Cuba. Yo sí he visto la pobreza
cubana. Yo sí he visto los miles de problemas que afectan a la sociedad cubana.
Pero yo me niego a contar la realidad de Cuba así como
pretende hacer esta bloguera.
Para los que quieran
empezar a escribir un blog, abrirse una cuenta twitter, un sitio, lo que
sea..... Para todas esas personas, incluso yo mismo, que quieran
contar un trozo de realidad, tal vez enriqueciéndola con sus opiniones
personales, he llevado aquí una cita del Apóstol para que nos guíe en nuestra
actividad de informadores:
“Mi oficio, cariñoso
amigo mío, es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble,
admirar y hacer admirar todo lo grande. Escribo cada día sobre lo
que cada día veo (...)No me anuncie a nadie como escritor, que tendré que decir
que no lo soy. Amo el periódico como misión, y, lo odio... no, que odiar no es
bueno, lo repelo como disturbio”. Correspondencia enviada a Joaquín Macal,
ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala. José Martí,11 de abril de 1877
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