escultura de Silvio Rodríguez, obra del joven escultor Orlando Quiñones Valdés |
En nuestro último viaje
por San Antonio de los Baños tras los pasos de nuestro Silvio Rodríguez,
tuvimos el placer de conocer a varios becarios de la Academia de Artes
Plásticas “Eduardo Abela Villareal”, gracias al artista y profesor de esa
Institución, Ernesto J. García Nodarse, gran hermano de nuestro Taburete y que
en reiteradas ocasiones nos ha invitado a la Academia, para degustar el
buen Arte de sus pupilos.
Fundada en Octubre del año 2000 y con el propósito de
formar artistas integrales de las artes plásticas que tributen a la identidad y
cultura nacionales, la Academia a graduado a más de 174 artistas de las dos
provincias occidentales, Mayabeque y Artemisa, en estos casi doce años de
fundada.
Hemos tenido pues, el
privilegio de dialogar con uno de esos jóvenes llamados, por su formación y su
cualidades, a ser parte algún día de la vanguardia artística de nuestro país.
Orlando Quiñones Valdés
es un “guajirito” como nuestro “Trovador Antiguo”, de tan solo 18 años de edad.
Oriundo
de los límites de San José de las Lajas, reside en la finca “El Navío”, en el
tramo intermedio de la autopista Habana-Melena. Cursa su tercer año en la
Academia y prefiere la escultura como rama de las artes plásticas. Sin
discusión alguna, si se trata del séptimo arte, prefiere el cine de Roberto
Benigni y su filme “La Vida es Bella”; su libro más manoseado es precisamente
el que tiene ahora entre manos “Acercamiento a la Cerámica Artística”.
Dice que su canción favorita de Silvio es, “Al final
de este viaje en la vida” y la frase que lo identifica; “Solo el amor
convierte en milagro el barro”, aunque nos confiesa que el cantautor que más
escucha es el controversial y magnífico poeta Joaquín Sabina. Música, nos dice,
de todo un poco, eso sí, que sea de la buena.
Sin merodeo de ningún tipo nos deja claro que, como la
cocina cubana de fin de año, no hay otra en el mundo, y que por la vida,
hay que ir con la filosofía de que “No hay nada más lindo que un día
detrás del otro.”
Orlando Quiñones Valdés |
¿Cómo y cuándo llegas a la Academia de Artes Plásticas?….
Llego a la escuela en el 2008 tras una serie de pruebas
de ingreso que fueron un poco duras, ya que el examen se realizó en dos partes.
La primera en la Casa de Cultura que consistió en un examen de dibujo, como
elemento para definir si podía presentarme a la segunda, que fue en la escuela
y consistió en un examen de dibujo, uno de pintura, un creativo que había que
defender, preguntas para indagar en el conocimiento artístico hasta ese momento
y algunos datos personales.
Qué importancia le concedes a una escuela como esta
Academia de Arte, para alumnos de provincias agrícolas como Artemisa y
Mayabeque…
La Academia es muy importante para nosotros, porque
recopila una muestra de la riqueza cultural que poseen los
integrantes de estas provincias y además nos da la posibilidad de estudiar
Artes Plásticas, pues de no ser por este colegio tal vez muchos de nosotros
no hubiésemos podido demostrar nuestras capacidades en las artes,
porque una escuela para estudios de este tipo nos quedaría lejos y sería
difícil su acceso. Además, la Academia es un agente directo en la formación
de la cultura del joven adolescente, ya que inserta en cada
estudiante que transita por ella, una dosis de inquietudes que hace que se
formen personas con un grado de sensibilidad diferente, y promueve
intereses por cosas que para cualquier otro joven no serían atractivas.
Luego de ver una
panorámica de tus obras, nos has mostrado por fin la escultura dedicada
al bardo ariguanabense y universal, y hemos quedado impresionados ante
semajante trabajo de tamaño natural.
Es muy fácil para los jóvenes de los 80, incluso de los
años 90, recurrir a la obra de Silvio Rodríguez, sin embargo ver un joven del
siglo XXI comprometido con la obra del bardo mayor, no suele ser usual en estos
tiempos que corren de banalidades y superficialidades… ¿Por qué una escultura a
Silvio Rodríguez?
La escultura fue realizada a Silvio porque es uno de los
trovadores más importantes de nuestro país y sobre todo por la fuerza que
proporciona para su pueblo de San Antonio de los Baños. Considero que Silvio es
un reflejo de intelecto, de saber y de talento. Apreciando su obra es fácil
deducir que no se cansa de tener nuevas inquietudes, porque sus deseos de
conocer son tan insaciables que no deja de estar en constante movimiento, lo
cual lo convierte en el bardo mayor.
Háblanos de la técnica
que utilizas en esta pieza en específico….
La técnica que utilizo es la terracota, que consiste en
ir levantando una pared de barro desde abajo hacia arriba hasta culminar la
pieza en su punto más alto.
Crees qué la obra del trovador refleja el tiempo de tu
generación. ¿Por qué?
Su obra refleja todo tipo de situaciones, ya sean
políticas, sociales, interpersonales… es muy amplia y en ella puedes encontrar
todo tipo de reflexiones, que mantienen plena vigencia por la fuerte carga
que adquiere la letra de sus temas adaptándose con facilidad a
cualquier tiempo.
Siempre hemos escuchado que la Trova como género musical
no atrapa a los más jóvenes… qué opinión te merece…
Creo que la juventud no se interesa tanto por la Trova
porque les gusta más la acción y pensar menos, pero como siempre hay sus
excepciones.
Estuve en el último concierto de Silvio en San Antonio y
había público de todo tipo, pienso que siempre va a lograr atrapar una
parte del sector joven, pues su obra trasciende las fronteras que imponen las
edades. Mi generación también puede sentirse identificada con su obra, solo
basta con apreciar la buena música y escuchar más allá de la melodía… La
sensibilidad humana necesita un espacio, ese espacio es logrado por Silvio en
sus canciones.
Qué opinas al hilo de
eso de los contemporáneos nuestros que defienden un “chupi-chupi” musical…
Pienso que la música no es solo el Reggeaton, que la
diversidad de géneros existe y que es maravillosa. Les propondría escuchar a
Sabina, Silvio, Pablo Milanés, Buena Fe… entre otros muchos, porque los
ayudaría a nutrirse de los saberes que poseen estas canciones y seguramente
adquirirán un mayor bagaje cultural.
Supongamos que Silvio se entera de tu escultura y
que te caiga de sorpresa en la escuela para que le enseñes la obra… qué le
dirías…
Me sentiría muy honrado con su presencia, por todo lo que
él representa para mí y para el pueblo de San Antonio.
Le enseñaría la escultura, le diría que lleva por título:
“Yo soy de donde hay un río”, le explicaría con el objetivo que fue realizada
la pieza y le mostraría el parque donde fue emplazada, el que lleva por nombre
“Escaramujo”.
Si esta situación se diera; estaría completando todas las
perspectivas que me tracé con la obra, pues la primera fue: que fuera un
homenaje a Silvio, la segunda: que estuviera en San Antonio por ser este su
pueblo natal, la tercera: que mi obra significara el homenaje en vida al
artista, (dado que la mayoría de los reconocimientos se realizan una vez
fallecida la persona y considero que todo lo que quieras entregar a
alguien debe hacerse en vida de esta, para que realmente sea un
reconocimiento, para que esa persona pueda sentir la admiración y el respeto
que su pueblo le ha depositado), y en cuarto lugar, me gustaría que el
trabajo no haya sido en vano, que realmente Silvio Rodríguez conozca qué me
motivó, y que desde mi humilde posición he intentado homenajearlo.
Un placer compartir contigo este momento Orlando. Te
felicitamos por la escultura, realmente quedó impresionante. Esperemos como tú
que a Silvio le guste tanto este homenaje como nos gusta a nosotros y al pueblo
de San Antonio, y cuenta con nuestro apoyo para cualquier nuevo proyecto que te
propongas…
Gracias a ustedes Taburete, les agradezco todo lo que han
hecho…
Gracias a ti hermanito… muchos éxitos… El Taburete.
Tomado del blog El
Taburete
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