Bertha Soler, "líder" del grupo Damas de Blanco |
Esta historia es digna
de ser atendida por los cineastas de “jolibud” a ver si le hacen una película.
Por lo menos parece que el presupuesto está asegurado aunque en la “cacería” no
le fue tan bien.
En el mes de octubre del
año 2011, a partir del fallecimiento de Laura Pollán Toledo,comenzaron los
conflictos internos entre su hija Laura María Labrada Pollán y Berta
Soler, autotitulada “Presidenta” de las llamadasDamas de Blanco, la cual acusó
a al viudo de la Pollán, el ex preso contrarrevolucionarioHéctor Maceda, de ser
una agente de la Seguridad del Estado, a partir de que según Berta, este no
permitió alargar el velorio de la fallecida fundadora en su pueblo natal de
Manzanillo, en la oriental provincia de Granma y realizar una procesión que
tuviera connotación pública, para sacarle partido a la muerta.
Se plantea a voz en
cuello que el ideólogo de esa acción provocativa fue el también ex recluso
contrarrevolucionario Ángel Moya Hernández, esposo de Berta Soler a quien
todos conocen como un elemento con poco valor personal pero patrocinado
financieramente desde Miami por Laly Sampedro y Yolanda Huerga,
ambas miembros activas de la organización terrorista Fundación Nacional
Cubano Americana, creada por la CIA y presidida hasta su muerte por
el agente Jorge Mas Canosa.
Por supuesto que en
defensa de su joven esposo, la actual “presidenta” Berta Soler le dio las quejas
a las “madrinas” de Moya en Miami, con el objetivo de que estas dos miamenses
ante la posibilidad de que Maceda fuera de la Seguridad Cubana pudiera
denunciarla a ella y a Angelito, comprendieran que la sede de las Damas de
Blanco debía ser ubicada en otro lugar.
Todo el plan estaba
ideado y Berta comienza a insistir en la necesidad de buscar otra casa y por
tanto propone que ella debía ser la dueña del nuevo local como “Presidenta”,
por lo cual tendría que cambiar su casa del barrio de Alamar, al Este de la
Capital, para una zona más céntrica, sueño que no la dejaba dormir desde hacía
años, pues todas sus amistades saben que ella detesta vivir en ese reparto
donde residen muchos obreros.
Siempre fue su ilusión
mudarse para el barrio del Vedado o Miramar, lo que nunca pudo hacerlo realidad
por su color de piel, pues antes de 1959 los negros solo iban a esos barrios a
limpiar casas o cortar la hierba.
Ante sus explicaciones,
concebidas previamente junto con Angelito como parte de su plan, en el mes de
enero Laly le prometió enviarle5,000 dólares para los sumara a los que
podría ganar de la venta de su apartamento en Alamar y con eso comprar la nueva
casa soñada por ella. Algo parecido a la obra teatral “El premio Flaco”.
Pero como la suma que
podían acumular no era lo que esperaban Berta y Angelito, cuentan que le
replicó a Laly, que la compra de la nueva vivienda no sería posible a menos que
contaran con un presupuesto aproximado de 50 mil dólares, 10 veces más que
la cifra ofrecida por su madrina, lo cual resultaba imposible de recaudar o
mejor dicho desviar de los fondos asignados.
Berta no se quedó con
los brazos cruzados, ya estaba montada en el burro y tenía que seguir adelante
con su plan. En eso apareció en su camino la Dama de Apoyo Ana Luisa Rubio,
actriz de profesión, enferma de los nervios pero propietaria de un confortable
y vistoso apartamento ubicado en la esquina de la calle Línea y E, en el
Vedado, la que solo tenía como meta emigrar a los Estados Unidos y hacer
realidad su sueño de ser co-presentadora del programa “A mano Limpia” del canal
41, junto con Oscar Haza.
Víctima de la ambición
desproporcionada de “La Presidenta” y ante la negativa de aceptar un negocio de
bajo costo, Ana Luisa fue expulsada del grupo por la propia Berta. El
apartamento del Vedado está valorado en 40 mil dólares y no en 5 mil como
quería imponerle Angelito. Además Ana Luisa también tenía su propio plan de
emplear esa suma para pagarle a su ex amante por su traslado a Miami
a través de la frontera de México, mediante una operación de tráfico
humano.
Así de sencillo se mueve
el dinero de la USAID y de otras agencias Federales que se envían
hacia Cuba para las llamadas Damas de Blanco, aspecto que ya el gobierno
norteamericano ha comprobado en otras oportunidades.
Como dice el dicho, Una
para el Sultán y otra para Mí.
Tomado del sitio digital
Visión
desde Cuba
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