Por Lázaro Fariñas*. El mundo entero debería tener piedad con los
latinoamericanos que residimos en el sur de La Florida. Aunque
poco se sepa en el resto del planeta, los que aquí vivimos estamos sometidos a
un intenso bombardeo, además de ser atacados en las calles de esta ciudad de
Miami. Gracias a Dios que este bombardeo al que estamos sometidos no es con las
bombas inteligentes y brutas que cayeron sobre Bagdad o Trípoli y que los que
han desembarcado no vienen con armas de última generación ni cañones de un alto
poder destructivo. Pero el hecho de que no sean ese tipo de bombas las que
están utilizando, no quiere decir que estas no sean dañinas y que no creen
traumas sicológicos en la población.
El ataque a Miami, por ahora, proviene de uno de los dos
partidos políticos que se reparten el poder en esta gran nación. Me refiero al
Partido Republicano. Este partido está escogiendo el candidato que se
enfrentará al Presidente Obama en las elecciones de noviembre próximo y de ahí
la batalla que se está librando en estos momentos.
El bombardeo es de
propaganda en los medios radiales, escritos y televisivos y la invasión es de
los candidatos que se pasean de un lado a otro de la ciudad, buscando votos
entre los latinoamericanos y en especial, entre los cubanos que aquí vivimos. Tal parece,
por los ataques que hacen en sus discursos estos personajes que aspiran llegar
a La Casa Blanca, que en vez de estar tratando de derrotar al Presidente Obama
en las urnas, están tratando de derrotar la Revolución Cubana y la Bolivariana.
Los discursos de los dos principales candidatos, Mitt
Romney y Newt Gingrich, realmente dan risa. Es como si, en vez de estar
buscando la candidatura de su partido, estuvieran enfrascados en una pelea por
el título mundial de imbecilidad y mediocridad. Hablan con palabras vacías que
nada dicen y con una retórica que solo le puede llegar a los idiotas. Se
acusan, el uno al otro, sacándose los trapos sucios que puedan, y desempolvan
las caravelas que tenían escondidas en sus escaparates.
Es increíble que dos compañeros del mismo partido se
puedan denigrar tanto en una campaña electoral. Pero es así lo que sucede en
las primarias políticas en este país. Después de decirse hasta alma m í a en
estas campañas, elogian al vencedor cuando se enfrenta al candidato del otro partido,
hablando de las bondades de aquel al que ayer acusaron de lo peor. Es como si
todos los ciudadanos de este país fuéramos idiotas y padeciéramos de una
amnesia insuperable e incurable.
Los dos candidatos principales están viniendo a Miami un
día si y el otro no, ya que las primarias del Estado de La Florida se llevarán
a cabo el 31 de enero y de los aproximadamente 368,000 republicanos inscriptos
en el Gran Miami, el 72 por ciento es de origen latino, principalmente cubanos.
Los candidatos andan,
para arriba y para abajo, acompañados por los legisladores de ultraderecha
cubano americanos. Romney, con los herederos de los batistianos
y Gingrich, con el bien investigado por la justicia David Rivera. Andan
subiéndose la parada para ver quién es el que ataca más a Cuba, y además, para
ver quién es el que castiga más, con sus propuestas, a los cubanos que aquí
vivimos y que queremos ir a nuestra patria cada vez que nos dé la gana. Como la
ultra derecha batistiana es la que domina la política y los medios propagandísticos
de esta ciudad, el discurso va dirigido a ellos.
La mayoría de los más recalcitrantes de la ultra derecha
cubano americana está registrada en el Partido Republicano, los más moderados
están inscriptos demócratas.
En realidad, entre ambos partidos hay pocas diferencias y
en lo que al sistema se refiere, no existe ni una sola, son las dos alas del
águila. Una de las pocas diferencias que tienen entre ellos es sobre el tema
cubano. Aunque ambos partidos tienen como meta final destruir la Revolución
Cubana, los demócratas de la actualidad tienen un discurso más moderado que los
republicanos, aunque, básicamente, la política sobre Cuba es en el fondo la
misma. Por lo menos, los demócratas aceptan que los tíos, sobrinos y primos
pueden ser catalogados como familia, ya que los otros dicen que no lo son.
En definitiva, la guerra, por estos días, está planteada
en Miami. Nos esperan meses terribles de ahora a noviembre. Si ahora los
bombardeos vienen solo de uno de los dos partidos, imagínense Uds. cuando ambos
nos caigan a cañonazos. Ya que al mundo no le importa, Dios tenga piedad de
nosotros.
*Lázaro Fariñas.
Periodista cubano residente en Miami
Tomado del sitio digital
Rebelión.org
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