No... no está muerta de hambre.... se está haciendo |
por Miguel Fernández Martínez
Marta Beatriz Roque Cabello volvió a lucir
sus lentejuelas, esas que brillan al compás del tintineo de las monedas y sube
oronda al carrusel que anima la risa fracasada de sus pagadores.
Esta señora, que alguna vez se paseó
vanidosa en las filas de la izquierda, incluso vistiendo las telas verde olivo
que ahora desdeña, emula para brillar más que su compañero de carpa Guillermo
“Coco” Fariñas, un huelguista profesional a tiempo completo que le transmite a
diario su sabiduría, en el arte de engañar a los ilusos que imaginan un
auténtico ayuno.
Me arriesgaría a pensar que la Roque Cabello siente
algo de envidia por no tener en sus vitrinas, los “premios” ganados por el
payaso disfrazado de humanista que golpea a mujeres y ancianos a bastonazos. Y
por eso lo imita.
A veces pienso que Marta Beatriz quiere
morir con cheque firmado al portador para llevarlo en su viaje póstumo.
Nadie piense que se lo deseamos. Ella misma
se “postró moribunda”, hace tres años, -tal y como hace ahora- ante un
sacerdote que le ofreció la extremaunción, cuando casualmente se encontraba cumpliendo
con su jornada de ayunos según el “schedule” enviado por los pagadores del
Norte.
Ahora la Roque Cabello , que
ha sido sorprendida en tantas triquiñuelas, desde mentir, robarse impunemente
dos refrigeradores que sus amos de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana le ordenaron comprar
para una fallida reunión de aburridos desempleados apátridas, se declara
nuevamente en “huelga de hambre”, para llamar la atención de los diarios y los
fotógrafos que pueden ayudarla a brillar desde el fondo de la cueva de
serpientes en que se arrastra diariamente.
Marta Beatriz Roque "votando" por Bush |
Ya pasaron los tiempos de George W. Bush, el
guerrerista-presidente, por el que esta
señora –apenas conocida por sus paisanos y mal mirada por los intrasigentes
terroristas de plomo y bombas de Miami- votó descaradamente, aún sin ser
ciudadana estadounidense… y ni siquiera estadounidense.
Se hace hora de volver al candelero y
remover los bolsillos dormidos de los contribuyentes a la guerra de odio contra
su propia Patria. Como dice un popular slogan de un vendedor de muebles de
Miami: “Aquí lo que cuenta es el cash”.
La foto que publicó el Nuevo Herald de Miami me
hizo recordar otra “huelga” orquestada hace 17 años, por un famoso escritor que
quería llamar la atención de sus amigos para que le sacaran de Cuba. El mismo
montaje, las mismas luces, el mismo entorno, y la misma desfachatez.
Prefiero citar a mis amigos y colegas
blogueros cubanos, quienes ofrecerán más detalles de la ignominia de esta
señora capaz de afirmar, en su afán de ver derrocada a la Revolución Cubana ,
que "si
eso le cuesta al Gobierno cubano que los yanquis invadan a Cuba, me da lo
mismo".
Esto y más encontrarán en el blog Isla
Mía, de la colega Norelys Morales, o mucha información sobre el show
mediático que alrededor de su farsa están organizando los medios, descrito
objetivamente en La
Pupila Insomne, del colega Iroel Sánchez.
No dejen de visitar el sitio digital Cambios
en Cuba, de Manuel Henriquez Lagarde, y encontrarán imágenes en video de
las doctoras que visitaron a la fanfarrona huelguista, haciendo alardes de
actriz de segunda que no cumplió su guión de mártir a cabalidad, y que
desmintieron toda la farsa que llena las primeras planas de la prensa que
apuesta por una Cuba bajo las botas imperiales del poderoso inquilino de la Casa Blanca.
Vayan, por favor y lean más sobre el asunto,
porque les confieso que como decía mi colega Leticia Martínez, “me agobia esta oposición de risa y huelga. Penoso
espectáculo. Esta Revolución es tan inmensa que se merece una mejor disidencia,
o al menos una más inteligente. Preparémonos para el nuevo show que se
avecina....”
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