Miguel Hernández (1910-1942) |
Apenas 32 años tenía Miguel, al morir de
tuberculosis en una cárcel fascista en Alicante, después de ser apresado cuando
trataba de huir a Portugal, de la persecución de la policía franquista.
Miembro del Partido Comunista de España,
Miguel Hernández formó parte del Quinto Regimiento, combatió en los frentes de batalla
de Teruel, Andalucía y Extremadura.
En el verano de 1937 asistió al II Congreso
Internacional de Escritores Antifascistas celebrado en Madrid y Valencia, donde
conoció al peruano César Vallejo, y más tarde viajó a la Unión Soviética en
representación del gobierno de la República, de donde regresó en octubre para
escribir el drama Pastor de la muerte y numerosos poemas recogidos más
tarde en su obra El hombre acecha.
En ese
periodo se publicaron los poemarios Cancionero y romancero de ausencias
y Viento del pueblo.
De Miguel Hernández dijo el poeta chileno
Pablo Neruda:
“Recordar a Miguel Hernández, que
desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un
deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de
Orihuela, cuya estatua se levantará algún día entre los azahares de su dormida
tierra.
No tenía Miguel la luz cenital del Sur como
los poetas rectilíneos de Andalucía, sino una luz de tierra, de mañana
pedregosa, luz espesa de panal despertando.
Con esta materia dura como el oro, viva como
la sangre, trazó su poesía duradera. ¡Y éste fue el hombre que aquel momento de
España desterró a la sombra!
¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su
cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo
de corazón purísimo!
¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de
recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria
terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!”
También
los cubanos recordamos siempre la breve,
pero entrañable amistad entre el poeta de Orihuela y nuestro Pablo de la Torriente Brau, desde que se conocieron una noche en Madrid, en la sede de la
Alianza de Intelectuales Antifascistas, y sus posteriores encuentros en Alcalá
de Henares, o en Pozuelo de Alarcón, donde ambos fueron destinados a
integrar el batallón conocido por El
Batallón del Talento, y donde Pablo de la Torriente nombró a Miguel como jefe
del Departamento de Cultura.
Miguel y Pablo estuvieron juntos en Pozuelo
de Alarcón y Boadilla del Monte. y participan en el festival de Alcalá, junto
a los grandes poetas españoles Rafael Alberti y María Teresa León y lucharon en
las trincheras republicanas de Majadahonda.
En una entrevista que le hizo el Poeta
Nacional cubano, Nicolás Guillén a Miguel en Valencia, con motivo del II
Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, el poeta de
Orihuela mencionó el “verdaderamente irresistible sentido de humor” de su amigo
cubano Pablo.
A la
muerte en combate de Pablo de la Torriente Brau, en Majadahonda, el 19 de
diciembre de 1936, con solo 35 años de edad, Miguel le dedicó su “Elegía
Segunda”, un poema que demuestra el tremendo respeto del poeta de Orihuela a su
compañero de luchas.
«Me
quedaré en España compañero»
me
dijiste con gesto enamorado.
Y al
fin sin tu edificio tronante de guerrero
en la
hierba de España te has quedado”.
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