El profesor Carlos Lazo y sus alumnos de Seattle, de visita en Cuba |
Viajar
a Cuba junto a 15 estudiantes de la escuela North Creek High School, de
Bothell, Seattle (EEUU, noroeste) y cantar en el principal teatro habanero ante
5.000 personas el pasado 24 de noviembre, fue la consumación de un sueño para
el profesor y veterano de guerra Carlos Lazo.
"Si la única razón de mi vida hubiera
sido vivir todos estos años para este momento, mañana podría morir y darme por
satisfecho", comentó a Sputnik el profesor Lazo, visiblemente emocionado y
rodeado de sus estudiantes, que integran el proyecto Fábrica de Sueños.
Este
educador nacido en Cuba y que reside en Estados Unidos hace 28 años organizó junto
a sus alumnos un proyecto que busca "abrir brechas y ampliar caminos de
amistad entre los dos pueblos".
La idea
surgió casi sin querer hace dos años en una clase y el proyecto fue tomando
forma gracias al empeño de Lazo, sus alumnos y los padres de éstos.
"Hace
dos años, mientras explicaba una conjugación de verbos en español a mis alumnos
estadounidenses, usaba como ejemplo los Versos Sencillos de José Martí
(1853-1895), y para que la clase no fuera aburrida, tomé la guitarra y empecé a
cantarles La Guantanamera", una de las canciones más emblemáticas en la
isla, contó Lazo.
Entonces
una alumna expresó su deseo de algún día poder cantarles a niños cubanos en la
isla.
"Y
como siempre he creído en los sueños le respondí "ustedes son los propios
artífices de sus sueños, sueñen con eso y lo vamos a lograr. Yo los voy a
ayudar, pero ustedes lo harán", dijo Lazo.
Para
poner en marcha el plan, Lazo se contactó con amigos, agencias de viajes y
posibles patrocinadores para que el sueño de que estudiantes adolescentes de
EEUU les cantaran a niños cubanos se hiciera realidad; de allí surgió el nombre
del proyecto.
A fines
de 2017 se contactó con Collin Laverty, de Cuba Educational Travel (CET), una
organización líder en conectar a personas de EEUU y Cuba a través de viajes
culturales, educativos, eventos e incentivos, y le propuso la idea de llevar a
los estudiantes a la isla.
Esto
incluyó además involucrar a los padres de los estudiantes, quienes aceptaron
inmediatamente colaborar económicamente en el proyecto que incluiría visitar
lugares de interés histórico y educativo, y hospedarse en casas particulares.
"En
medio de esos preparativos se nos presenta el caso de un niño de origen
mexicano, de padres indocumentados, que quería ir a Cuba pero no tenía dinero
pues sus padres eran muy humildes, y le dije que no se preocupara, que lo
íbamos a ayudar", comentó Lazo.
"No
te olvides que esta es una Fábrica de Sueños, así que sueña y caminarás alguna
vez por las calles de La Habana", le pronosticó el profesor, quien en 1988
fue enviado a la cárcel en Cuba por intentar salir ilegalmente de la isla.
Algunos
padres aportaron dinero para cubrir gastos de otros niños, CET patrocinó a uno
de los viajeros, se hicieron colectas a través del sitio web GoFundMe, y en
abril de 2018 llegaron a Cuba, para hacer realidad el sueño de cantarles a los
niños cubanos en un barrio de La Habana.
UN SUEÑO EXTENDIDO
De
regreso a Estados Unidos después de visitar La Habana, y como parte del
proyecto, los alumnos del profesor Lazo aprendieron la canción Cuba, isla
bella, del grupo de hip-hop cubano Orishas, y les enviaron un video a los
músicos de la isla, residentes en Europa, generando una reacción en las redes
sociales.
Tres
meses después se dio el segundo viaje a Cuba, en julio de 2018, cuando
visitaron de nuevo La Habana y Viñales, en la occidental provincia de Pinar del
Río; y ante la demanda de padres y alumnos, se organizó un tercer viaje en
febrero de 2019.
El
cuarto viaje tuvo lugar en abril, con un grupo de 40 alumnos estadounidenses.
Con una
nueva meta en mente, se proyectó un concierto en La Habana con todo el repertorio
de canciones cubanas que habían aprendido los chicos, "un concierto de
amor dedicado a todos los cubanos", pero hubo que cancelar el viaje
previsto para julio de 2019 a consecuencia de las medidas restrictivas
aplicadas contra la isla por el presidente estadounidense Donald Trump.
En
medio de los festejos por el 500 aniversario de La Habana, los alumnos del
profesor Lazo comenzaron a aprender la canción Música Vital, del dúo cubano
Buena Fe, filmaron su interpretación, lo subieron a las redes sociales y le
hicieron llegar el video a Israel Rojas, líder del dúo.
Un día
después, Rojas se comunicó con Lazo y le pidió autorización para usar el video
durante un concierto del dúo en La Habana, a lo que el profesor le respondió:
"¿y si no hubiera video en el concierto y fueran los niños en vivo quienes
cantaran con ustedes?".
Todo se
preparó a la carrera, los alumnos cubrieron sus gastos de boletos de avión, el
profesor pagó de su bolsillo alojamiento y comida en La Habana, lo que obligó a
reducir el número de viajeros a 15, los padres reunieron dinero y se mandaron a
imprimir las camisetas con el logo de la Fábrica de Sueños; así llegaron a Cuba
por quinta vez.
Los
días 23 y 24 de noviembre, ante un auditorio de 5.000 personas, los alumnos del
profesor Lazo cantaron en el escenario del teatro Karl Marx, en La Habana,
recibiendo una fuerte ovación del público y cumpliendo el sueño del profesor y
sus alumnos.
UN
VETERANO MILITAR
Sargento Carlos Lazo, del ejército de EEUU |
Tras
salir en libertad en 1990, y con la idea fija en irse de Cuba, Lazo se lanzó al
mar en una balsa en 1991, llegando por fin llegó a tierras estadounidenses,
donde tampoco la vida le deparó demasiadas alegrías al principio.
En EEUU
trabajó como camionero, repartidor de pizzas, estuvo desempleado, hasta que
decidió mudarse en 1998 a la ciudad de Seattle, en el estado de Washington,
donde se alistó en la Guardia Nacional como enfermero y en 2003 fue enviado
como parte del ejército de EEUU a la guerra en Irak.
Por sus
méritos militares en el conflicto, Lazo fue condecorado con una estrella de
bronce.
De
regreso a EEUU, y con más de 40 años, Lazo empezó a estudiar y terminó una
licenciatura en Estudios Internacionales, posteriormente hizo una maestría en
Español y en Educación en la Universidad de Washington, lo que le permitió
descubrir que su vocación estaba en el magisterio, y ahora, a sus 55 años, es
estudiante de un doctorado en liderazgo en Educación.
(Publicado
originalmente en Sputnik)
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