martes, 30 de diciembre de 2014

¿Dónde estaban los manifestantes que acompañarían a Tania Brugueras en la Habana?



   Hay algunos detalles que me confunden en el último intento por armar un escándalo mediático en la Plaza de la Revolución habanera, a solo dos días de terminar este convulso año 2014, en un controvertido performance que tenía más visos de politiquería barata, que de arte participativo.
 
   Los extremistas de Miami se caracterizan por denunciarse ellos mismos, algo así como que les gusta que se jodan sus “planes” para poder justificar la pataleta que arman después. Una sui géneris manera de “combatir y defender” unos supuestos derechos que sin lugar a dudas, tratan de imponer a una mayoría abrumadora que ve la vida de manera diferente.

   Después que Tania Brugueras anunció su performance bajo el hashtag #Yotambienexijo, se generó, curiosamente, un aluvión de entradas desde Miami y otros puntos a través de las redes sociales.

   Algunos entendidos en la materia calculan a cientos de blogueros enfrentados de un lado y otro del Estrecho de la Florida –unos tratando de imponer el #Yotambienexijo y otros defendiéndose dentro de la isla a través de la etiqueta #Cubayaeslibre.

   También aparecieron los habituales trolles, en miles desde Miami, invadiendo las redes y los sitios cubanos con sus mensajes amenazadores que se calculan en casi 15 mil, al punto de provocar una queja pública de ETECSA, la empresa telefónica de la isla.

   Por otra parte, toda una parafernalia periodística muy bien estructurada desde Miami, que incluía a El Nuevo Herald, emisoras locales de onda corta, y los acostumbrados sitios digitales que cobran suculentos honorarios en su permanente y fallido afán de desestabilizar a la sociedad cubana, encabezada esta vez por el blog Diario de Cuba.

   La aparente "ingenuidad" artística propuesta por la Brugueras, que ya no sabe qué hacer para llamar la atención –desde comer carne cruda, jugar a la ruleta rusa, repartir cocaína a los espectadores y llevar a la cuestionable Yoani Sánchez como partenaire de su conocido performance El susurro de Tatlin, durante la Décima Bienal de La Habana (2009) en el Centro Wifredo Lam.

   Esta vez, la prensa extranjera acreditada en Cuba y algún que otro “periodista independiente” se quedaron con las ganas de "reportar" la alharaca anunciada que -según ellos- incluiría represión, violencia y duros enfrentamientos entre cubanos, frente a uno de los más simbólicos monumentos de la Revolución.

   Cuentan los testigos que allí estuvieron que apenas se contaron 100 personas presentes, entre ellos los informadores ávidos de un espectáculo de golpes y trompadas y según los propios medios que mantenían vigilia informativa, fueron detenidos apenas una decena de “líderes” de una oposición provocadora que parece no cuenta con demasiados seguidores.

   A pesar de los arrestos, todavía me cuestiono: ¿dónde se quedaron los miles de manifestantes que se esperaban salieran a la calle a protestar contra el gobierno cubano?

   Si como la prensa reconoce, que no se cerraron calles, ni se paralizó el tránsito, ni se desviaron las líneas de autobuses, ¿por qué no llegaron los miles de manifestantes?

   ¿Con qué pueblo contaban Tania Brugueras y los organizadores miamenses del lamento de Tatlin frente a la Plaza de la Revolución?

   ¿Cómo pretendían reproducir un Occupy Wall Street a la cubana sin manifestantes?

   Hasta Roberta Jacobson, la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica se fue con la de trapo y se puso a hablar más de la cuenta, aun cuando será ella la negociadora que vendrá muy pronto a la Habana con el encargo de reabrir relaciones diplomáticas, a pesar de las malas intenciones de Brugueras y su comparsa de dolientes que se quedaron con las ganas de ver pelearse a cubanos contra cubanos.

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