Rosa Báez, La Polilla Cubana |
Tal vez Rosa Báez haya perdido su nombre,
pero ha ganado otro con el cual es ampliamente conocida y contribuye a que se
valore la obra de otras muchas personas. Ahora cuenta cómo surgió su blog, que
tanto se hace sentir.
“El nombre de La Polilla fue el que
escogimos en la Biblioteca Nacional, a sugerencia mía, para un boletín impreso
que reportaría el acontecer laboral de esa institución”, donde bregó durante
décadas.
“El boletín daba continuidad, en un ámbito
más abarcador, a La Polillita, que el Departamento Juvenil de la Biblioteca
publicó en los años 70. La Polilla se mantuvo desde el bimestre marzo-abril de
1998 hasta diciembre de 2003. En ese año asumió una alternativa digital, y en
abril de 2004 se decidió editarlo solamente en ese soporte, por la escasez de
papel.
“En enero había surgido en la propia
Biblioteca un fuerte competidor para la modesta Polilla: el boletín digital
Librínsula, en el que fui jefa de redacción y edición. Desde sus inicios y
hasta el número 203 tuve a mi cargo gran parte de la selección de textos.
Hoy continúa publicándose en una segunda
época, con un formato diferente. Está más centrado en lo nacional, y se accede
a él en el Portal de la Biblioteca, por el enlace
http://librinsula.bnjm.cu/inicio.html.
“Los números digitales de La Polilla no se
pueden revisar ya en ese Portal, por causas que ignoro. En abril de 2006 nació
como un blog La Polilla Cubana, nombre que me siento con derecho a reivindicar
como propio. En ese blog —poco amigable
visualmente — publiqué apenas tres o cuatro artículos, y una brevísima
selección de poemas míos. Aquellos artículos forcejeaban con quienes desde
hacía ya tiempo, como hoy, acusaban a esta Polilla de oficialista, castrista y
todos esos ‘halagos’”.
Lo que
llegaría
Así fue como devino apasionada del mundo
digital, gracias, reconoce, al entonces director de la Biblioteca, Eliades
Acosta Matos. “Él confió en una bibliógrafa totalmente inexperta en esas lides.
Graduada de Información Científica y Bibliotecología, asumí con pavor la tarea
que se ponía en mis manos”. Y lo más grande estaba por llegar.
“Por problemas técnicos aquel blog dejó de
actualizarse en octubre del mismo 2006, y en diciembre de 2007, después de 35
años de trabajo, me trasladé de la Biblioteca al Centro de Información para la
Prensa: dada mi salud, ya bastante precaria, hago el trabajo desde mi casa.
Reproduzco información digital de Cuba y de otros muchos países, para romper la
barrera de silencio y manipulación sobre nuestra realidad”.
La Polilla ha logrado una visualidad que no
tienen todas las publicaciones digitales
cubanas hechas por equipos más o menos
numerosos. A menudo, textos aparecidos en ellos no alcanzan verdadera
resonancia hasta que salen allí, de donde pasan a otros muchos sitios. Ante la
curiosidad que se siente por saber cuántas personas trabajan en ella, y si
tiene un programador o alguien que se ocupe de esa tarea, responde Rosa:
“Quien publica un blog que tiene como lema
‘Artesa en este tiempo’, lo sabe: los administradores de estos espacios
amasamos el pan que brindamos, sea con textos propios o reproduciendo los de
otros autores. He recibido consejos y ayuda de otros blogueros, como Eduardo
Parra, entrañable periodista venezolano, y compatriotas como Norelys Morales,
Roberto Domínguez, Iroel Sánchez. Pero los blogs de La Polilla —y otros de los cuales hablaremos — solo
cuentan conmigo para seleccionar, revisar, editar e ilustrar los textos.
“En estos años he logrado contactar con
numerosos escritores y periodistas que gustosamente me hacen llegar textos
suyos. Además de replicarlos en mis blogs, los remito a una larguísima lista de
contactos por correo electrónico, y a su vez son difundidos en otras páginas
digitales.
Citaré algunos nombres, tanto del ámbito
nacional como internacional: Darío Machado, Carlos Rodríguez Almaguer, Felipe
Pérez Cruz, Wilkie Delgado, Winston Orrillo, Luis Britto, Gloria Analco,
Annalisa Melandri, Ángel Guerra, Raúl Bracho, Salim Lamrani.
“También hago una revisión diaria de las
principales páginas de la izquierda alternativa mundial, y de periódicos y
emisoras de radio, provinciales y nacionales, en nuestro país, principalmente
en busca de artículos de opinión y de análisis de sucesos de actualidad. De ese
trigo me nutro”.
Sobre la cifra de artículos que reproduce
cada mes, expresa: “Varía de un blog a otro. Puede depender de mis condiciones
de salud, ¡o del estado de la conexión!; pero ha fluctuado entre cien y ciento
cincuenta, o más.
Uno de mis blogs más visitados, El Blog de
la Polilla Cubana —que sustituyó a La
Polilla Cubana, cuando los contenidos migraron de la plataforma Nireblog a
WordPress — desde mayo de 2008 hasta la fecha tiene alrededor de cinco mil
artículos publicados y de mil quinientas a cuatro mil y tantas visitas en sus
mejores meses. En otros blogs el promedio es mucho menor, a tono con el campo
temático tratado”.
Responsabilidad,
productividad, desafíos
Cuando quiero saber quién supervisa o
controla lo que publica, no demora en contestar: “Me has hecho reír. Informo
periódicamente sobre mi labor, y espero la visita de mis superiores; pero hasta
hoy no me he sentido ‘supervisada’ o ‘controlada’ por nadie; ante una duda,
consulto… pero tomo mis propias decisiones, con dos premisas, decir siempre la
verdad y cumplir el precepto de nuestro Comandante en Jefe en Palabras a los
intelectuales: ‘dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada’”.
Esa forma de hacer estará en la base de la
productiva agilidad de su trabajo; pero se sienten deseos de saber a qué
atribuye la visualidad de los artículos: “Esa es precisamente mi tarea. Un
medio digital publica y espera que venga el lector: un trabajo tuyo publicado
en Cubarte será leído por aquellos que visiten ese portal, y ahora, felizmente
con el entramado virtual de las redes sociales, será replicado quizá de forma
automática en Twitter, Facebook o Google…
“Mi labor es buscar esos trabajos,
‘ofrecerlos’ a otros blogueros, a páginas digitales de izquierda, darles
visibilidad en las redes sociales… También me ayudo de programas como
Bitácoras.com, HispaTop o Alianzo, que redistribuyen de forma automática todo
lo que aparece publicado en el blog. Y nada desmerecedora del primer lugar es
la difusión que hago por correo electrónico”.
Surge así un tema insoslayable: la
diversidad de espacios digitales que atiende, y ella confiesa: “Los golpes
enseñan, y en varias oportunidades he perdido sitios, porque sus plataformas
desaparecieron, o —como ocurrió con uno
que creé en el periódico español El País — porque me bloquean la participación.
Por eso algunos de mis blogs son espejos de El Blog de La Polilla Cubana, que
es de carácter general, sin límites por la nacionalidad de los autores o por
los temas tratados.
“En otros espacios, como Cuba Coraje, solo
publico textos sobre Cuba; en el de BlogueA.cu, titulado Plataforma de Blogs de
Periodistas Cubanos, procuro insertar los textos más importantes y de más
difícil acceso a los usuarios de la Intranet nacional. También están aquellos
que dedico especialmente a Los Cinco, como Los Queremos Libres, en Blogspot.
Además, participo en dos portales NING (que engloba blogs de diversos países):
HERMES, que ayudo a dirigir, y Blogueros y Corresponsales, de una periodista
cubana”.
Si todo terminara ahí, no sería poco; pero
ella añade: “Participo además en blogs cuyos propietarios me invitan a
coadministrarlos y a publicar mis textos. Agradezco la deferencia que han
tenido conmigo.
Y no podría dejar de mencionar la lista de
correos, o el grupo de Google llamado Cuba Coraje, y mis perfiles en Netlog,
Linkedln, Twitter, Facebook, Blogoosfero, así como nuevas redes sociales que
están creando en Venezuela y Argentina, para ‘escapar’ de la vigilancia
electrónica denunciada en las más famosas redes sociales”.
¿Será
todo?
¿Y ya?, voy a preguntar; pero ella se
adelanta: “Algunos sitios como Rebelión publican textos de mis blogs: muy
asiduamente, 3era Información, de España, y varias publicaciones digitales
argentinas: La Oreja que Piensa, Gacetillas Argentinas, Caballito Regalado; en
algunas oportunidades Cubadebate ha reproducido textos escritos por mí, pues
también pongo mi propio granito de arena en defender desde la trinchera digital
a nuestra Revolución, aunque no clasifico entre los que se precian de ser
gestores de contenido.
“No he tenido ningún contratiempo por lo que
he publicado, salvo con un par de autores ombligodependientes que prefiero
ignorar. Por el contrario, disfruté contribuir a la repercusión del retorno de
las visitas de nuestro Comandante en Jefe a diferentes centros.
En eso pude ver que buenos y malos ojos
están atentos a lo que publica esta Polilla. La nota fue comentada por las
principales agencias noticiosas, que acreditaban a esta ‘oficialista’ como fuente
de la información… desde El Nuevo Herald hasta La Vanguardia, de España”.
Un desempeño como el suyo habrá tenido
muestras varias de acogida, y ella lo confirma: “Los testimonios son
incontables, mensajes de aliento de muchos autores, como los ya mencionados, y
de numerosos jóvenes estudiantes de Cuba y de otras partes. Eso me llena de
júbilo.
“Un joven cubano radicado en Miami me
escribió ofreciéndome el cargo de ‘copiloto’. Entre otras cosas me dijo: ‘No
solo yo, estoy seguro de que unos cuantos más te necesitamos para tener una
existencia diferente’. En fecha más cercana el bichito del ego engordó lo que
no te imaginas. En una actividad por Los Cinco mi cordial Natacha Santiago fue
a presentarme al profesor Guillermo Rodríguez Rivera y, al decirle que yo era
Rosa Báez, él dijo, abrazándome: ‘Ah, ¡La Polilla Cubana!’. ¿Quieres mayor
alegría?”
Publicada
en la Sección Blogosfera de la Revista Bohemia
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