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domingo, 17 de febrero de 2013

Memorias del terrorismo: Cuba entierra al héroe Rolando Pérez Quintosa, víctima de la contrarrevolución


    Hoy se cumplen 22 años de que el Comandante en Jefe Fidel Castro, junto a un pueblo sacudido nuevamente por tener que llorar la muerte de otro de sus hijos víctima del terrorismo, despedía el duelo de Rolando Pérez Quintosa, un sargento de policía que a sus 24 años, se convertía en Héroe de la República de Cuba al ofrendar su vida frente a los enemigos del pueblo.
   Refiriéndose a los asesinos de Pérez Quintosa, Fidel aseguraba ese día que "intentaban marchar al "paraíso del Norte", trataron de secuestrar una
embarcación; pero ya tenían el deliberado propósito de matar, si fuera necesario, para conseguirlo.
   El 9 de enero de 1992, elementos contrarrevolucionarios atacaron a cuatro miembros del Ministerio del Interior en la base náutica de Tarará, para robar una embarcación para dirigirse a Estados Unidos, alentados por la criminal ley estadounidense de Ajuste Cubano, que alienta la emigración ilegal desde la Isla.
   Pérez Quintosa, aun herido mortalmente, denunció a los asesinos de sus compañeros, ya que en el criminal hecho perdieron la vida los combatientes Yuri Gómez Reinoso, Rafael Guevara Borges y el sargento de tercera Orosmán Dueñas, sorprendidos, amarrados y acribillados a balazos impunemente por un grupo de apátridas que pretendían robar una embarcación en esta base naútica.

   "Casi está de más decir (...) que estos señores si logran escapar, a pesar del cuádruple asesinato y de la triple violación, habrían sido recibidos en Estados Unidos como héroes, como tantos otros; como recibieron a los principales asesinos que mataron a miles y miles de cubanos durante la tiranía de Batista, con todo su dinero, con toda su fortuna robada al pueblo y con absoluta impunidad; como han recibido a lo largo de estos años a tantos delincuentes que buscaron amparo en Estados Unidos”, subrayó Fidel en la despedida del duelo del joven policía asesinado.
   Por  37 días Pérez Quintosa luchó por salvar la vida, con un equipo médico que no escatimó recuersos y esfuerzos por salvarlo, pero la muerte le ganó la batalla al joven héroe.
   "Nunca se dio una batalla, me atrevería a decir, tan intensa por salvar una vida, y soy testigo de eso. Un presidente de Estados Unidos no habría recibido jamás la atención que recibió Rolando; por un presidente de Estados Unidos, con todo y la enorme riqueza de ese país,
no se hubiera hecho lo que aquí hicieron nuestros médicos y nuestros científicos por la vida de Rolando, porque una medicina inspirada en los principios del mercantilismo no sería capaz de hacer lo que hicieron nuestros médicos, técnicos, enfermeros y científicos por salvar la vida de este joven.
   "....¡Cómo sufrió! Se dice fácil 37 días, pero hay que ver en qué condiciones vivió esos 37 días, cuánto tiene que haberse acordado del hijo, de la esposa, de la hermana, de los padres, de los familiares, de los compañeros. ¿Qué pasaría por su mente? Me pregunto a veces si
habría podido percatarse del enorme interés que mostró nuestro pueblo por su salud y por su vida.
   "...En general, cuando se viene a dar sepultura a una persona querida, se hace una historia de su vida. Yo me limito a decir que la historia de Rolando es la historia de nuestra magnífica juventud, es la historia de nuestra Revolución. Un muchacho noble, bueno, patriota, revolucionario, abnegado, valiente, trabajador, disciplinado; pudo ser cualquiera de nuestros estudiantes, como se ha dicho, pudo ser cualquiera de nuestros jóvenes, pudo ser cualquiera de nuestros combatientes”, agregó el líder histórico de la Revolución cubana.

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