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miércoles, 17 de octubre de 2012

Puyi, el último emperador de China, en el aniversario 45 de su muerte

    Puyi, el último emperador de la dinastía chino-manchú de los Qing, nació en Pekín, el 7 de febrero de 1906 y murió el 17 de octubre de 1967. Reinó en China con el título de Emperador Xuantong desde 1908 hasta la abolición del gobierno imperial en 1912.  
   Fue impuesto por los japoneses como el Emperador Kangde de Manchukuo, entre  1934 y 1945. En la República Popular China, se desempeñó como jardinero y posteriormente como trabajador histórico en la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
   Era sobrino del emperador Kuang-su, al que sucedió en el Trono en 1908, cuando Pu-yi contaba sólo dos años; había sido designado sucesor por la emperatriz viuda Ts’eu-hi precisamente por su corta edad, que le permitiría a ella ejercer el poder real.   
   Sin embargo, Ts’eu-hi murió en aquel mismo año y pasó a ejercer la regencia el padre de Pu-yi, Tch’uen.
   Éste, vinculado al partido tradicionalista, detuvo el proceso de reformas que habían iniciado sus antecesores. El inmovilismo imperial acrecentó el descontento y permitió el triunfo de la revolución nacionalista encabezada por Sun Yat-sen, que proclamó la República en 1911 y forzó la abdicación de Pu-yi en 1912.
   No obstante, se le permitió seguir viviendo en Pekín, en la residencia tradicional de la corte imperial, la Ciudad Prohibida.
   En 1917, durante el periodo de anarquía y de luchas civiles entre los señores de la guerra, un partido monárquico restableció a Pu-yi en el Trono por el breve espacio de doce días. En 1924 tuvo que escapar de los señores de la guerra y se refugió en la colonia japonesa de Tientsín.
   Cuando los japoneses invadieron la región china de Manchuria en 1931, crearon sobre aquel territorio el Estado títere del Manchukúo, a la cabeza del cual pusieron a Pu-yi como jefe de Estado (1932) y más tarde emperador (1934). Su poder era ilusorio, si bien pretendió en algún momento obtener de los japoneses una cierta autonomía política.
   Al terminar la Segunda Guerra Mundial (1939-45) con la derrota del Japón, Manchuria fue ocupada por el ejército soviético, que capturó a Pu-yi y lo entregó a las autoridades chinas.
   Éstos internaron al ex emperador en un campo de prisioneros.
   Fue liberado en 1959 y pasó a trabajar en el Jardín Botánico de Pekín y, más tarde, de archivero en la Biblioteca Nacional, al tiempo que escribía sus memorias. La película El último emperador (1987), de Bernardo Bertolucci, se basó en su vida.

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