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lunes, 22 de octubre de 2012

Memorias de la guerra: Cincuentenario de La Crisis de Octubre

En el aniversario 50 de uno de los más dramáticos hechos de la Guerra Fría donde su puso en peligro la paz mundial

   La Crisis de Octubre, -o Crisis de los Misiles-, en la larga lista de agresiones del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, reviste singular importancia lo ocurrido en la semana comprendida entre el 22 y el 28 de octubre de 1962.
   La Crisis de Octubre, también llamada Crisis de los Misiles, devino uno de los más dramáticos hechos de la Guerra Fría y en opinión de algunos especialistas, de todas las relaciones internacionales contemporáneas. La paz mundial estuvo seriamente en peligro.
   El  imperialismo tuvo la oportunidad de comprender que un pueblo pequeño e indoblegable lo podía conducir a una catástrofe si osaba llevar adelante su aventurera agresión. La derrota sufrida en Playa Girón no llamó al presidente John F. Kennedy a la cordura sino a la revancha.
   La Comisión Taylor, designada por el mandatario para analizar el citado fracaso, recomendó "emprender nuevas medidas político–militares, económicas y propagandísticas contra Castro", lo que sirvió de base para la preparación y puesta en marcha de un nuevo plan de operaciones encubiertas, la llamada Operación Mangosta, que a partir de Noviembre de 1961 desencadenaría miles de actos terroristas, sabotajes, planes de asesinatos de dirigentes y agresiones armadas.
   Unos meses más tarde, el general Maxwell D. Taylor, en aquel momento presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, aseguraba al Presidente que no creía posible el derrocamiento del gobierno cubano sin la intervención directa de Estados Unidos, por lo cual recomendaba "un curso más agresivo de la Operación Mangosta, cuya ejecución, autorizada por Kennedy, debía escalar sus medidas hasta crear el escenario propicio para asestar un golpe aéreo masivo sorpresivo y/o realizar la invasión.
   El 7 de marzo de 1962, la Junta de Jefes de Estado Mayor propuso, "fabricar una provocación que justificara una acción militar norteamericana" y solo dos días después, la oficina del Secretario de Defensa sometió a la consideración de la Junta de Jefes de Estado Mayor un paquete de medidas que podían servir de pretexto para justificar la intervención militar en Cuba.
   En medio de la creciente escalada norteamericana, el 29 de mayo de 1962 llegó a Cuba una delegación soviética presidida por un miembro del Presidium del Comité Central del Partido Comunista de la URSS, que traía la encomienda de proponer a Cuba la instalación en la Isla de cohetes con carga nuclear a fin de garantizar que los norteamericanos no invadieran la Isla y fortalecer las posiciones del Socialismo en el mundo.
   La Dirección de la Revolución y el gobierno de la URSS firmaron el "Acuerdo entre ambos sobre la colaboración militar en la defensa del territorio nacional de Cuba". A pesar de que el acuerdo era totalmente legal y su concertación estaba dentro de las prerrogativas de los dos gobiernos soberanos, la administración yanqui se negaría a aceptar los hechos y éstos le sirvieron de pretexto a Kennedy para desencadenar la crisis.
   El 20 de junio de 1962, el Estado Mayor General de la URSS aprobó la jefatura y composición de la Agrupación de Tropas Soviéticas que participaría en la Operación Anadyr. El comandante Raúl Castro viajó a Moscú del 3 al 16 de julio y, entre otras cosas, reiteró el criterio del Comandante en Jefe Fidel Castro, de hacer público el acuerdo militar cubano–soviético como acto soberano entre dos estados.
   No obstante, la parte soviética insistió en mantener la operación en secreto, algo imposible de lograr debido a su envergadura y al sobrevuelo sistemático de la aviación de exploración norteamericana sobre Cuba.
   Las unidades de la Agrupación de Tropas Soviéticas comenzaron a llegar a Cuba a principios de agosto. Por esos días ya la inteligencia de EE.UU. había determinado la presencia en Cuba de cohetes antiaéreos y aviones MiG-21, construcciones no identificadas y la existencia de especialistas militares soviéticos.
   Para el 16 de octubre los U–2 confirmaron la presencia de emplazamientos coheteriles nucleares en San Cristóbal, Pinar del Río y ese mismo día, sobre las 11:00 h. Kennedy citó a un grupo de funcionarios que posteriormente conformarían el Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional y éstos, después de estudiar durante cinco días las variantes propuestas, decidieron, el 20 de octubre, aplicar el "Bloqueo Naval" a Cuba, para lo que fueron creadas cinco fuerzas de tarea.
   Desde el 21 de octubre, las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos pasaron de las condiciones de tiempo de paz (DEFCON–5) a la de alta alerta (DEFCON–3) y fue ordenado reubicar los medios de Defensa Antiaérea para estar en mejores condiciones de combate; reforzar la base naval de Guantánamo, así como evacuar a los familiares y civiles de aquel enclave, aumentar la vigilancia y desplegar las fuerzas que impondrían el bloqueo.
   El 22 de octubre, al decretarse el bloqueo naval contra Cuba y crearse todas las condiciones para bombardear e invadir la Isla se desencadenaba la llamada Crisis de Octubre. Kennedy demandó la retirada de las armas estratégicas soviéticas basificadas en Cuba, y declaró el bloqueo naval, ante lo cual, las FAR respondieron con la Alarma de Combate para todas sus unidades.
   La aviación de exploración táctica norteamericana incrementó sus vuelos rasantes, al punto que el Comandante en Jefe ordenó el 26 que a partir del día siguiente se abriera fuego contra los aviones enemigos en vuelo a baja altura. Dada la insolencia del gobierno norteamericano, el 27 fue derribado un avión U–2 sobre el norte de Oriente, hecho que marcó uno de los momentos más dramáticos de la crisis.
   Entre el 26 y el 31 hubo un intercambio de mensajes entre Nikita S. Jruschov y Fidel. En los firmados por el dirigente soviético se evidencia la unilateralidad de su actuación y la subestimación con que trataba al pequeño país; mientras que los del líder cubano alertaban sobre los peligros y se apegaban con firmeza a los principios revolucionarios.
   El domingo 28 de octubre, El Kremlin comunicó a Washington que se habían impartido órdenes para interrumpir la construcción de las instalaciones, desmantelar las existentes y retornar las armas nucleares desplegadas a la URSS. En la tarde de ese día, Cuba rechazó la inspección de su territorio que habían acordado las dos potencias y dio a conocer su posición con "Los Cinco Puntos".
   Los Estados Unidos y la URSS se pusieron de acuerdo sobre la base de la propuesta de Jruschov del día 26 de octubre, lo que para ambas superpotencias marcó el fin de la Crisis. El 30 y el 31 de octubre fue suspendido el bloqueo por la visita de U. Thant a Cuba; reanudado el 1 de noviembre. El 20 de noviembre a las 18:45 horas, Kennedy ordenó levantar el bloqueo y el 22 el Gobierno Revolucionario declaraba la vuelta a la normalidad en la Isla, luego de permanecer en pie de guerra desde el 22 de octubre.
   Los cinco puntos enarbolados fueron:
- Cese del Bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y económica que ejercen los Estados Unidos en todas partes del mundo contra nuestro país.
- Cese de todas las actividades subversivas, lanzamiento y desembarco de armas y explosivos por aire y por mar, organización de invasiones mercenarias, filtración de espías y saboteadores, acciones todas que se llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y de algunos países cómplices.
- Cese de los ataques piratas que se llevan a cabo desde las bases existentes en Estados Unidos y Puerto Rico.
- Cese de todas las violaciones de nuestro espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos.
- Retirada de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio cubano ocupado por los Estados Unidos.
   Cuba mantuvo sus posiciones de principios en todo momento y con la mayor firmeza, su prestigio y su moral. Aunque la crisis fue conjurada y los Estados Unidos se comprometieron a no invadir Cuba, la sostenida agresividad contra la Revolución evidenció que la seguridad del país no podía confiarse a la buena fe del imperialismo y obligó al Estado cubano a mantener unas fuerzas armadas de gran envergadura y moderno equipamiento, aseguradas por una sólida infraestructura en un volumen capaz de asegurar la vida y la actividad de las tropas en tiempo de paz, su despliegue estratégico y una lucha prolongada en tiempo de guerra.

Crisis de los Misiles. Fidel Castro. Al borde de una guerra mundial nuclear 1962

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