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sábado, 7 de enero de 2012

“Con un pueblo como el nuestro toda victoria es posible”, afirma en entrevista el antiterrorista cubano Ramón Labañino


«Frente a adversarios tan descomunales siempre se debe estar preparado para lo peor, pues así estaremos listos para todas las variantes, es más, para la más complicada de las variantes.»  Así expresó Ramón Labañino Salazar quien cumple desde hace 13 años una injusta condena en cárceles norteamericanas por el único delito de proteger a su pueblo de la muerte.   
Con la firmeza de principios que  caracteriza  su personalidad, enfrenta día tras día el dolor de tener que estar alejado de sus seres queridos, de su pueblo y de la tierra que lo vio nacer. Este gigante de aproximadamente 1.90 de estatura es perseverante y confía en la justicia. Ramón sigue siendo joven de ideas, de espíritu y es capaz de dar amor hasta en las condiciones más extremas que la vida le ha impuesto. 
Desde la prisión de Jesup en Estados Unidos, a pesar de las dificultades que presenta con su correspondencia, por medio del limitado sistema de correos electrónicos para prisioneros federales (Corrlinks), este sencillo cubano nos acercó a su vida. 

¿Cómo recuerdas tu infancia y juventud?
“Recuerdo mi infancia y juventud con mucho amor, alegría, ternura. Fui y siempre seré un niño feliz, cuya mayor riqueza es y será siempre el amor que me llegaba de mi familia, mi mamá, de las enseñanzas buenas de excelentes maestros, y de los buenos amigos. Pienso que fue el periodo de mi vida que me hizo poeta, soñador, guerrero y mucho más tierno. Esa humildad, transparencia, esa nobleza pura y sin maldades, que uno aprende a tan temprana edad, es la herencia más útil que quiero siempre retener, y entregar a mis hijas.”


¿Por qué decidiste estudiar economía?
Tenía muchos sueños al culminar 9no grado. Mi mamá quería que estudiara medicina, o que fuera militar. A ella le encantaban los uniformes en los hombres. Pero mi vocación primera fue por los números, y junto a mis compañeros de esos tiempos es que me decidí por economía, profesión que disfruto mucho. Claro, nunca pude decirle a mi mamá, que desde muy temprana edad yo estaba cumpliendo también sus sueños: «yo era militar del silencio», sin el uniforme cotidiano, de esos que por menesteres de misiones importantes, deben guardar a buen recaudo su identidad para cumplir con las tareas de la patria. Es una deuda que quede con ella en cumplir, por eso a este detalle, le escribí un poema llamado Mi Deuda.

Háblame de un hecho que te haya marcado en tu vida.
El atentado al avión de Barbados, nuestro pueblo llorando de indignación en la plaza de la revolución, y el serial "En silencio ha tenido que ser", todos en uno, marcaron no sólo mi vida, sino la de muchos cubanos de esa época, y aun en los momentos actuales. Vivo orgulloso de haber tenido el privilegio de servir en bien de evitar tales atrocidades, y darle un poco de seguridad y tranquilidad a nuestros pueblos y tantos seres humanos en el planeta. 

¿Qué libro te ha gustado más? 
Martí, siempre Martí,  todas y cada una de sus obras. Desde el Ismaelillo, Versos Sencillos, Pinos Nuevos, todo Martí. Siempre tengo conmigo, donde quiera que voy, un Diccionario Martiano excelente, es mi libro de consulta para todo, para escribir, para hacer poesía, para resolver conflictos, para aprender a amar y luchar. Otros muchos me han conmovido, como Cien años de soledad de nuestro Gabriel García Marques, El reino de este mundo del admirado maestro Alejo Carpentier.

¿Qué deporte te gusta más?
Desde pequeño he practicado deportes. El primero de todos fue el boxeo, que por muy breve tiempo aprendí en un gimnasio en la Lisa, donde residía entonces. Después, Judo y Karate en la Universidad de La Habana, y en otros salones más inhóspitos e impredecibles. Tengo predilección por las artes marciales. Toda la enseñanza buena que muestra, su disciplina, incluso su espiritualidad. También juego mucho ajedrez, el deporte ciencia, que me fascina. Bueno, es adecuado tener un balance entre lo físico y lo mental, así disfruto bien de ambos mundos.

¿Generalmente como es un día de Ramón en la prisión?
“Mi día en estos lares universales, transcurre entre cartas, lecturas (de libros, informaciones, revistas), respuestas a ellas, tanto en misivas como en e-mail, y en las tardes siempre algún deporte: pesas o constructivos, caminatas, handball. En las noches, más bien lo dedico a oír radio, ver noticias y a reorganizarme para el día siguiente.
Un gran por ciento de todo mi tiempo se va en las peleas legales del caso, como en estos momentos que estamos defendiendo la moción de habeas corpus que los cinco presentamos. Una o dos veces por año, recibo visitas de algún familiar, de amigos buenos. Trato siempre de romper la monotonía irreflexiva que imponen circunstancias tan particulares, por ello, a cada rato, cambio bruscamente de actividades, de horarios, hábitos. Es como refrescarme interna y externamente, es un mecanismo de pelea diaria contra los años y los desgastes normales que imponen los tiempos.”

¿Qué diferencias hay del Ramón actual al de hace trece años?
“Creo que no he cambiado mucho, sigo siendo el mismo soñador, romántico, guerrero, que aprendí desde niño, quizás incluso, ahora soy mucho más poeta de la vida que antes, pues disfruto en encontrar detalles que embellecen, más de los que afean. Quizás ahora tengo la vista más aguzada ante los embates adversos, en especial en esta contienda legal que libramos contra la injusticia y la maldad, y en el conocimiento de los hombres que, con despego a todo principio, decaen de su escasa estatura. Mi físico tiene en si el peso de algunos años más, pero con el mismo espíritu y aun mayor, que esta causa nuestra nos entrega a todos.”

Conozco que a pesar de la distancia has participado activamente en la educación de tus hijas ¿Cómo lo has hecho?
“Mis hijas son mi vida, mi esencia, mi virtud, también mi responsabilidad. Trato de usar cada canal y vía de comunicación para estar en el día a día con ellas. Las cartas, los correos,  y las llamadas por teléfono, son cotidianos. Gracias a las excelentes madres que tienen, y que tanto me ayudan a ser el mejor padre posible en esta distancia dura. Quizás peque por exceso de querer conocerlo todo en todo momento, en lo que a ellas se refiere; es mi forma y mi celo por ellas, de decirles que siempre estoy allí con ellas, en lo bueno, y mucho más en lo malo que se les pueda presentar.  No  hay mayor alegría para mí que cuando en sus voces de ángel  escucho "te amo papa" o "te extraño mucho". Después de ello, la nada...”

Tu vida está rodeada de amores ¿Qué ha significado Elizabeth en tu vida?
“Mi Ely es mi todo, mi apoyo, mi fuerza, mi energía, mi  inspiración, mi amor y mi amante, mi Penélope soñada, mi amiga y fiel compañera, mi idilio y mi promesa, mi fantasía real, mi dulce quimera. Es mi presencia misma cuando hace falta. Así y por muchas más razones, he aprendido a amarla admirándole, y a admirarla amándole.” 

¿Cómo ha influido el pensamiento de Fidel en tu personalidad?
“Ha influido en todo, pues Fidel es la virtud y la herencia más pura de todos los cubanos dignos de nuestro historia, quien es capaz de resumir en si mismo, desde el pensamiento martiano, de Maceo, de todos nuestros mambíses, hasta el momento actual y creo que hasta el futuro eterno, la valentía, inteligencia y visión histórica de lo mejor de nuestra Cubanía y nuestro socialismo. 
“Fidel es ejemplo y líder, y sin duda alguna es el compañero fiel que nos acompaña siempre en esta pelea por la verdad de Cuba y la libertad nuestra.”

¿Qué momentos de tu vida recuerdas con mayor felicidad?
“Los momentos más felices que vivo en estos tiempos de prisión política, son los días en que disfruto de la visita de mis "mujeres del alma" (como yo les digo a mi esposa Ely, mis niñas: Ailí, Laura, Lizbeth, son instantes en que nos olvidamos de todo y tratamos de actuar como si estuviéramos en casa, riendo, analizando, haciendo planes, amando....dicha que es también posible gracias al sacrificio de todo nuestro pueblo y todos los solidarios del mundo, como siempre les explico a nuestras hijas. También disfrutamos mucho las visitas de compañeros y amigos que nos llenan de afectos y cariño.
La felicidad realmente es un estado de ánimo intimista, está dentro de ti mismo, de tus valores como ser humano, de tu alma pura y limpia de mezquindades materiales y humanas. Por eso, aunque parece idílico, el hecho de estar encerrados por defender una causa justa que cuenta con el apoyo de miles de personas en todo el mundo, nos hace sentir, de alguna manera sublime, en un estado de complacencia cercano a la felicidad, ya que esta solo será real y eterna cuando seamos todos, los cinco, total y completamente libres y bajo nuestras palmas reales, con la bandera ondeando a plena asta, y el jolgorio de alegría de nuestro amado pueblo.”

¿Cómo vez el futuro?
“El futuro es hermoso. Pienso en una patria nuestra cada vez más libre, más socialista, más humana. Conquistaremos los mejores baluartes posibles en desarrollo social, en la economía, en nuestro sistema típicamente cubano. La humanidad estará algún día sin guerras ni destrucción. 
“El futuro de la humanidad será mucho más apacible y humano. Sueño con un mundo donde no exista el capitalismo, donde el hombre es amigo del hombre, sin fronteras, sin dinero, sin avaricias imperiales, sin egoísmos. Jamás habrá guerras, ni niños hambrientos o muriendo por falta de atención médica. 
Pareciera una utopía pero no lo es, si pensamos y creemos fielmente en el socialismo y el comunismo (como fase superior de la humanidad), entonces te das cuenta que ese mundo es posible, real e imprescindible. Por él es por el que luchamos día a día con todo nuestro denuedo.”

Si el mundo te pide un mensaje ¿Qué dirías? 
“Para todos los hermanos y hermanas del mundo, va nuestro mensaje de amor y gratitud, por todo lo que entregan día a día por nuestra causa, por Cuba. Vivimos momentos definitivos en nuestro proceso, pero sabemos que con el apoyo y solidaridad de todos, conquistaremos la victoria. Soñamos con el día en que podremos abrazarles a todos ya en plena libertad.” 

¿Qué significa para ti ser cubano?
“Nosotros nos sentimos profundamente orgullosos de nuestro pueblo. Nuestras raíces mambisas, rebeldes, revolucionarias, son una de las joyas sociales más grandes que pueblo alguno pueda tener. Ello unido al carácter cariñoso, afable y amigo, que nos caracteriza.
“Gracias al proceso revolucionario que vivimos, a nuestro socialismo, podemos contar con una sociedad culta, con niveles de salud y de educación que son ejemplo para muchos países del mundo, incluido los más desarrollados.
Nuestro pueblo es capaz de entregar lo mejor de sí a otros, incluso de aquello que nos falta, hasta la propia vida por ver libres y soberanos a otras naciones. Esa solidaridad humana que hace grandes proezas por el bien de la humanidad.
“Con un pueblo como el nuestro toda victoria es posible, por eso es que estamos tan convencidos que nosotros también ¡Venceremos!”

Una entrevista de Jorge Enrique Jerez Belizario, tomada del blog Cuba Cinco

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