Páginas

jueves, 29 de diciembre de 2011

Recordando a Fernando G. Campoamor, el historiador del ron cubano, a diez años de su muerte


Al periodista y escritor cubano Fernando González Campoamor, más conocido como Fernando G. Campoamor, se le recuerda como el historiador del ron, el amigo de Ernest Hemingway, el viajero del mundo, el corresponsal de innumerables periódicos de varios países, el conversador incansable y sapiente, era ciertamente un hombre de cultura universal y, él mismo, todo un personaje memorable. Así lo recuerda Leonardo Depestre.
Nació en Artemisa el 4 de junio de 1914. Graduado de Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, fundó en Artemisa una revista a la cual nombró Proa. Su hoja de servicios al periodismo incluyó las responsabilidades de atender la plana cultural de la publicación Pueblo, entre 1937 y 1939; jefe de redacción del Diario Nacional, en 1946; y jefe de la plana política del diario Alerta.
Fue también corresponsal de O Cruzeiro, de Brasil; de Paris Match, francés, y de El Nacional, de Venezuela, aval envidiable para cualquier periodista. Viajó por el continente americano, también por Europa, y obtuvo los premios periodísticos Juan Gualberto Gómez, Álvaro Reynoso y Enrique José Varona… lo cual es bastante en un currículum.
Y si de colaboraciones se trata, las suyas se reparten por Bohemia, Revista Bimestre Cubana, Revista Cubana, Lyceum, Gaceta del Caribe, El Mundo, Universidad de La Habana, Casa de las Américas, Unión, La Gaceta de Cuba, Trabajadores. Sus artículos podían, además, leerse en varias publicaciones de Hispanoamérica, lo cual hizo de él uno de los periodistas cubanos más conocidos internacionalmente de su tiempo.

En sus últimos años también puso su inmensa sabiduría al servicio editorial cubano, sin desligarse por ello de la prensa. Sin embargo, el Campoamor más cercano al lector de estos días es el que hallará en libros como El hijo alegre de la caña de azúcar  (biografía del ron cubano), originalmente de 1981 pero con más de una edición; volumen ameno, instructivo y revelador de la historia de una bebida cuyas raíces se imbrican en la cultura nacional. El ensayista cubano Manuel Moreno Fraginals escribió que esa obra es “una feliz mezcla de poesía y erudición”.
Campoamor, quien murió el 29 de diciembre de 2001, fue autor de otros títulos como Discurso al hombre (1939), Archipiélago y Vendimia en capricornio (1941), Órbita de España (1943), Azcárate, hombre aparte (1946), Que su llama nos queme (1953). Y también del muy útil Coctelería Cubana - 100 recetas con ron, con, al menos, cinco ediciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario